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Necesitamos abandonar la hipocresía - Mateo 16:1-12

Basado en Mateo 16:1-12 (Versión Reina Valera 1960)

Vinieron los fariseos y los saduceos para tentarle, y le pidieron que les mostrase señal del cielo. Mas él respondiendo, les dijo: Cuando anochece, decís: Buen tiempo; porque el cielo tiene arreboles. Y por la mañana: Hoy habrá tempestad; porque tiene arreboles el cielo nublado. ¡Hipócritas! Sabéis distinguir el aspecto del cielo, ¡mas las señales de los tiempos no podéis! La generación mala y adúltera demanda señal; pero señal no le será dada, sino la señal del profeta Jonás. Y dejándolos, se fue. Llegando sus discípulos al otro lado, se habían olvidado de traer pan. Y Jesús les dijo: Mirad, guardaos de la levadura de los fariseos y de los saduceos. Ellos pensaban dentro de sí, diciendo: Esto dice porque no trajimos pan. Y entendiéndolo Jesús, les dijo: ¿Por qué pensáis dentro de vosotros, hombres de poca fe, que no tenéis pan? ¿No entendéis aún, ni os acordáis de los cinco panes entre cinco mil hombres, y cuántas cestas recogisteis? ¿Ni de los siete panes entre cuatro mil, y cuántas canastas recogisteis? ¿Cómo es que no entendéis que no fue por el pan que os dije que os guardaseis de la levadura de los fariseos y de los saduceos? Entonces entendieron que no les había dicho que se guardasen de la levadura del pan, sino de la doctrina de los fariseos y de los saduceos.

Lo más difícil de aceptar para cualquier persona es la verdad. Puede que suene extraño, pero es la tendencia general. Hay algunos que puede que digan: A mí me gusta la verdad. Ahondemos más en el asunto. Cuando cierta verdad tiene que ver con otra persona o grupo de personas, muchas veces, nos agrada cierta verdad, cuando es la verdad que confronta a otros. Pero, a la hora que la verdad se dirige a nosotros, y especialmente de una manera más personal y directa, ahí es cuando ya no nos agrada tanto. Ahí es cuando se siente desagradable, y especialmente cuando nos sentimos confrontados con ciertas verdades que denuncian nuestros males, cosas que sabemos que no están bien, pero aún peor, que no hemos comprendido todavía que debemos dejarlas ir, o dejar de hacerlas. Este era el problema que el Señor siempre tuvo, especialmente con aquellos que todavía no habían entendido, o que sencillamente no querían abandonar tal mal, como los religiosos. Ahora, es muy fácil juzgar a los religiosos en la Biblia porque francamente son un blanco muy fácil. Pero, no seamos tan prontos de hacerlo porque todos tenemos males similares, nada más que varía un poco, pero, no obstante, todos tenemos cierto nivel de hipocresía, y todos mentimos. Así que, sé que esto será difícil para todos, si en realidad dejamos que esto penetre, como lo necesitamos, pero es necesario ser transformados para hacer la voluntad de Dios, tanto como por hecho como por intención.

Lo primero que debemos entender es que la verdad es totalmente necesaria. Nada sacamos si no nos exponemos a la verdad, ni dejamos que la verdad obre en nuestras vidas. Entiendo que muchos tratan de decir la verdad de una manera placentera, tratando de evitar la confrontación, pero si el mensaje no se lleva con la claridad y el tono necesario, también se hace un mal. No debe ser dado el mensaje con hostilidad y con buscar ofender, porque esto también es malo, sino que hablar las cosas con transparencia, y de tal modo que una persona se dé cuenta y que la verdad haga lo necesario. Sin verdad no hay libertad, especialmente la libertad eterna de la cual Dios nos habla. Y la verdad no es relativa como muchos creen. La verdad es Dios, y lo que El dice. Esa es la única verdad que realmente importa. Otras aparentes verdades o perspectivas no producen libertad, ni aún menos, vida. Esto dijo el Señor: Y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres. Juan 8:32. La verdad de Dios es suprema, universal, y trae tanto libertad espiritual como también físicamente. La verdad de que todos somos pecadores, duele, pero es necesario saberlo. La verdad de que no nacimos naturalmente siendo hijos de Dios, sino todo lo contrario, hijos del diablo, también es muy desagradable, pero es necesario saberlo. La verdad de que Cristo fue torturado y muerto sobre una cruz por nuestros pecados, y que todos somos responsables por lo que sucedió, también es duro de escuchar, pero necesitamos entenderlo. Y la verdad de que todos seguimos siendo mentirosos e hipócritas, aún después de venir a Cristo, también es muy duro de aceptar, pero es necesario, para saber de donde es que comenzamos. Esto dice la Palabra: Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá? Jeremías 17:9. Pero, lo bueno de la verdad de Dios es que no solo nos confronta con nuestras realidades, sino también, nos da la manera de cómo resolverlas. Pero, tenemos que obedecer la verdad para que haga lo que necesitamos, porque si no obedecemos de una manera practica y genuina, no ganamos nada tampoco con saber la verdad. Esto dice también la Palabra: Yo Jehová, que escudriño la mente, que pruebo el corazón, para dar a cada uno según su camino, según el fruto de sus obras. Jeremías 17:10.

Ahora bien, ¿Qué podemos hacer para remediar nuestra hipocresía y deshonestidad? Lo primero: exponernos a la verdad, aunque duela, y aceptarla. Finalmente, las cosas son lo que son, y si deseamos lo eterno de Dios, es necesario aceptar la verdad. Segundo, arrepentirnos y convertirnos, o darle la espalda completamente a nuestros pecados y cambiar de dirección, y esto aplica para la conversión a Cristo como también para lo que sigue haciendo Dios en nuestras vidas, después de venir a El. Tercero, aceptar de que somos incapaces por nosotros mismos remediar nuestros males. Necesitamos no solamente creer en el Señor, sino hacerlo nuestro Dios y Señor literalmente, que El sea nuestro dueño y que El sea el que mande nuestras vidas completa y literalmente. ¿Por qué? Por qué necesitamos al Dios del universo a que cambie nuestra condición y no solo a un maestro, o a un hombre bueno, o a un profeta, o hasta a un salvador, sino que es Dios quien debe mandar. Ya vimos lo que conseguimos al nosotros estar al mando; solo vacío, corrupción, y como producto final, la muerte eterna. Y si no vez esto, todavía estas muy lejos de la verdad. Y lo último, y posiblemente lo más difícil, disponerte para hacer lo que Dios manda, porque Dios no va a forzar a nadie. Todo lo podemos hacer a través de Cristo, pero solo si alineamos totalmente nuestras vidas con El, si nos enyugamos con El. Esto dice la Palabra: Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional. No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta. Romanos 12:1-2. Todo esto es voluntario, pero absolutamente necesario hacerlo. La fe se vive, y se debe vivir por dentro y por fuera, dejando nuestras hipocresías y mentiras, buscando del Señor no solo para resolver nuestros problemas cotidianos, sino lo que más importa, para hacer Su voluntad, porque los únicos que obtendrán entrada libre en Su reino son aquellos que fielmente hacen Su voluntad. Esto finalmente nos dice Su Verdad: Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón. Y no hay cosa creada que no sea manifiesta en su presencia; antes bien todas las cosas están desnudas y abiertas a los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta. Hebreos 4:12-13. Así que, ¿Vives una vida de hipocresía y mentira, o vives la Verdad de Dios para estar listo para el juicio venidero? ¡Qué el Señor les bendiga! John ¡Dios bendiga a Israel!

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Vivir para Cristo en cualquier estado que estes - 1 Corintios 7:10-24

Basado en 1 Corintios 7:10-24 (Versión Reina Valera 1960)

Pero a los que están unidos en matrimonio, mando, no yo, sino el Señor: Que la mujer no se separe del marido; y si se separa, quédese sin casar, o reconcíliese con su marido; y que el marido no abandone a su mujer. Y a los demás yo digo, no el Señor: Si algún hermano tiene mujer que no sea creyente, y ella consiente en vivir con él, no la abandone. Y si una mujer tiene marido que no sea creyente, y él consiente en vivir con ella, no lo abandone. Porque el marido incrédulo es santificado en la mujer, y la mujer incrédula en el marido; pues de otra manera vuestros hijos serían inmundos, mientras que ahora son santos. Pero si el incrédulo se separa, sepárese; pues no está el hermano o la hermana sujeto a servidumbre en semejante caso, sino que a paz nos llamó Dios. Porque ¿qué sabes tú, oh mujer, si quizá harás salvo a tu marido? ¿O qué sabes tú, oh marido, si quizá harás salva a tu mujer? Pero cada uno como el Señor le repartió, y como Dios llamó a cada uno, así haga; esto ordeno en todas las iglesias. ¿Fue llamado alguno siendo circunciso? Quédese circunciso. ¿Fue llamado alguno siendo incircunciso? No se circuncide. La circuncisión nada es, y la incircuncisión nada es, sino el guardar los mandamientos de Dios. Cada uno en el estado en que fue llamado, en él se quede. ¿Fuiste llamado siendo esclavo? No te dé cuidado; pero también, si puedes hacerte libre, procúralo más. Porque el que en el Señor fue llamado siendo esclavo, liberto es del Señor; asimismo el que fue llamado siendo libre, esclavo es de Cristo. Por precio fuisteis comprados; no os hagáis esclavos de los hombres. Cada uno, hermanos, en el estado en que fue llamado, así permanezca para con Dios.

Una de las primeras cosas que podemos ver a través de este pasaje es que el Señor es Dios de orden, de estructura, y que, para poder honrar y glorificar Su nombre, debemos buscar vivir a Su manera. Y esto es uno de los grandes beneficios que Dios trae a nuestra vida a través del arrepentimiento y la conversión (porque este es el fundamento del Evangelio de Dios a través de Cristo: Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio, y él envíe a Jesucristo, que os fue antes anunciado. Hechos 3:19-20). Dios a través del poder del Espíritu Santo y la sabiduría de Su Palabra, no solamente viene a ordenar nuestra vida espiritual, sino también lo físico. El busca obrar tanto en lo eterno como en lo temporal, porque así es que lo eterno comienza a tomar forma en nosotros. Sin el orden carnal, no puede haber orden espiritual. Antes de venir a Cristo, nuestra vida estaba destruida y sin sentido, sin forma, con un solo destino; camino al infierno. Nuestra vida era un desastre antes de Cristo, y con rumbo a un peor y eterno estado. Estábamos igual como nuestro planeta, antes que Dios pronunciara las Palabras que cambiaria todo, como esta escrito: Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas. Genesis 1:2.

Lo creado, hasta todo lo que vemos hoy, es precioso y admirable, precisamente por ese orden que Dios estableció a través Su palabra. Y a pesar de la corrupción del pecado en el mundo, hoy tenemos cosas bellas que admirar y disfrutar, gracias al orden de Dios, como las montañas, los ríos, los valles, los animales, los árboles, las flores, y tantas cosas más, todas son lo que son y están en su sitio, y cumplen su función, gracias al orden que Dios estableció. La maravilla del cuerpo humano y sus funciones, todo funciona como Dios lo designo, todo tiene su sitio, todo tiene su valor, en el cual tenemos lo físico como también lo espiritual, lo temporal como lo eterno. Entonces, el orden y la estructura que Dios ha creado no fue hecho para atormentar al hombre, ni para hacer difícil la vida, sino todo lo contrario, tan bueno fue lo que hizo Dios que aún dentro de este caído, corrupto, y temporal mundo, podamos hacer contar todo para lo que realmente vale la pena, para lo invisible (al momento) y lo eterno. Veamos bien a nuestro verdadero enemigo. Nuestro enemigo no es ni Dios ni lo que El establece, sino más bien, el pecado y la muerte, los cuales van mano en mano con el enemigo, con Satanás. Dios trae orden para que haya vida, y Satanás desordena para que la muerte prevalezca. Por eso que este asunto de que, si una persona nace de una manera, pero siente que debe ser otra cosa, no proviene de Dios, sino de otra cosa, como resultado del desorden que el enemigo ocasiona para destruir lo que Dios ha hecho, y como tal, llevar al hombre a destruirse a sí mismo, no solamente temporalmente, sino que eternamente. ¿Por qué? Porque el enemigo busca tener mucha compañía en su condena eterna. Dios no hizo necesariamente el fuego eterno para el hombre, sino que la Palabra dice esto: Entonces dirá también a los de la izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles. Mateo 25:41. Dios no manda a las personas al infierno necesariamente, sino más bien, las personas deciden su propio destino cuando escogen por su propia voluntad seguir el desorden que el enemigo incita a través de la tentación. En el día del juicio, el Señor solo hará realidad los deseos de cada uno: al que decidió amar más a Dios que todo lo demás, le dará vida eterna con El, pero al que amó más al mundo y a las tinieblas, le dará también la consecuencia que eso trae, el pasar toda la eternidad con el enemigo y sus demonios.

Ahora bien, Dios a través de Su Palabra nos enseña que debemos hacer para poder volver a Su orden, a finalmente hacer Su voluntad. En el pasaje nos enseña cuales son algunas cosas que los matrimonios deben seguir, para el beneficio de ambos. Debemos aclarar aquí de que muchas veces se malinterpreta la palabra “separación” con “divorcio”. El separarse puede ocurrir dentro del mismo hogar, o también vivir en distintos lugares, pero no es sinónimo al divorcio. Y la única justificación para el divorcio ante Dios es cuando hay adulterio, y el que sufrió la ofensa tiene el derecho de rehacer su vida, si así lo escoge, con otra persona que no allá cometido adulterio. Esto dijo el Señor: Y yo os digo que cualquiera que repudia [le da divorcio] a su mujer, salvo por causa de fornicación [el acto del adulterio], y se casa con otra, adultera; y el que se casa con la repudiada, adultera. Mateo 19:9. Si hay algo en gran desorden hoy, especialmente dentro de nuestras iglesias, es el matrimonio. Dios creo el matrimonio, y se debe respetar como tal, y si no se lleva como Dios manda, traerá gran desorden a su vida y a su familia. Y ya vimos quien es el que incita al desorden.

Finalmente, y lo más importante, es que sea cual sea nuestra situación o condición, si deseamos serle agradables a Dios a través del Señor Jesucristo, debemos buscar cumplir lo que El nos indica a través de Su Palabra, tratar lo mejor posible dentro de nuestros medios de vivir para el Señor, considerándole a El en todo aspecto de nuestra vida. Para esto fue para lo que murió el Señor, como está escrito: Porque ninguno de nosotros vive para sí, y ninguno muere para sí. Pues si vivimos, para el Señor vivimos; y si morimos, para el Señor morimos. Así pues, sea que vivamos, o que muramos, del Señor somos. Porque Cristo para esto murió y resucitó, y volvió a vivir, para ser Señor así de los muertos como de los que viven. Romanos 14:7-9. Y también dice: No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Mateo 7:21. Así que, ¿Contemplas la voluntad del Señor en todo aspecto de tu vida, para hacer como El dice, por tu propio bien eterno? ¡Qué el Señor les bendiga! John ¡Dios bendiga a Israel!

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Las prioridades de Dios - Lucas 6:1-11

Basado en Lucas 6:1-11 (Versión Reina Valera 1960)

Aconteció en un día de reposo, que pasando Jesús por los sembrados, sus discípulos arrancaban espigas y comían, restregándolas con las manos. Y algunos de los fariseos les dijeron: ¿Por qué hacéis lo que no es lícito hacer en los días de reposo? Respondiendo Jesús, les dijo: ¿Ni aun esto habéis leído, lo que hizo David cuando tuvo hambre él, y los que con él estaban; cómo entró en la casa de Dios, y tomó los panes de la proposición, de los cuales no es lícito comer sino solo a los sacerdotes, y comió, y dio también a los que estaban con él? Y les decía: El Hijo del Hombre es Señor aun del día de reposo. Aconteció también en otro día de reposo, que él entró en la sinagoga y enseñaba; y estaba allí un hombre que tenía seca la mano derecha. Y le acechaban los escribas y los fariseos, para ver si en el día de reposo lo sanaría, a fin de hallar de qué acusarle. Mas él conocía los pensamientos de ellos; y dijo al hombre que tenía la mano seca: Levántate, y ponte en medio. Y él, levantándose, se puso en pie. Entonces Jesús les dijo: Os preguntaré una cosa: ¿Es lícito en día de reposo hacer bien, o hacer mal?, ¿salvar la vida, o quitarla? Y mirándolos a todos alrededor, dijo al hombre: Extiende tu mano. Y él lo hizo así, y su mano fue restaurada. Y ellos se llenaron de furor, y hablaban entre sí qué podrían hacer contra Jesús.

¿Dios tiene diferentes prioridades entre Sus propios mandamientos, que algunos son más importantes que otros? Según las Escrituras, la respuesta es: Sí. Para comenzar, debemos establecer ciertos hechos para poder entender porqué a Dios le es más apremiante algunas cosas más que otras, y El mismo crea ciertos eventos donde se pueden hacer excepciones. Para comenzar, lo primero que debemos entender por nuestro propio bien, y para poder serle agradable a Dios a través de Cristo, aún cuando pecamos por error, es esto: que lo más importante para Dios es que el fundamento de nuestra fe, y por lo tanto de nuestra vida, la razón de nuestro existir siempre debe ser el primer mandamiento, como está escrito: Jesús le respondió: El primer mandamiento de todos es: Oye, Israel; el Señor nuestro Dios, el Señor uno es. Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento. Marcos 12:29-30. Tan sencillo, si la razón por lo cual vivimos y hacemos todo lo que hacemos no es solo por la razón de amar a Dios, entonces, aunque guardemos todos los demás mandamientos, e inclusive el amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos, no nos sirve de absolutamente de nada. Para Dios, no servimos para nada si no le amamos. Este fue el error de los religiosos en aquel entonces, y es el grave error de muchos hoy, e inclusive de muchos creyentes.

La Biblia es muy explicita en esto. Todo lo escrito nos lleva a este punto tan primordial, a lo esencial, que debemos amar a Dios, y que eso debe ser el todo de nuestra vida. El debe ser la razón por lo cual amamos a nuestro prójimo, la razón por lo cual cumplimos los mandamientos, la razón por lo cual amamos a nuestras familias, e inclusive, la razón por lo cual amamos hasta a nuestros enemigos. El debe ser la razón por lo cual estudiamos o trabajamos, la razón por lo cual crecemos y ascendemos, la razón por lo cual compro y vendo, la razón por lo cual hacemos todo en nuestra vida. Así es como hacemos contar todo lo que hacemos para nuestro crédito ante el Dios de los cielos, hasta las cosas más insignificantes. De esto se trata el hacer la voluntad de Dios. Y esto es lo que debemos pasar toda nuestra vida aprendiendo, desde que venimos al conocimiento de la salvación. Escrito esta: Si yo hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo amor, vengo a ser como metal que resuena, o címbalo que retiñe. Y si tuviese profecía, y entendiese todos los misterios y toda ciencia, y si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase los montes, y no tengo amor, nada soy. Y si repartiese todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo amor, de nada me sirve. 1 Corintios 13:1-13. De este amor al Señor y por el Señor es del cual habla este pasaje. Y si no se tiene este amor, hagas lo hagas, para Dios, no sirve de nada. Por eso que El mismo mandó esto, lo cual sigue muy vigente hasta hoy: Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es. Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas. Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes. Y las atarás como una señal en tu mano, y estarán como frontales entre tus ojos; y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertas. Deuteronomio 6:4-9. Estudia toda la Palabra, lo cual es bueno, pero, siempre repasa esto, todos los días, de que el todo nuestro, la razón por lo cual hacemos todo lo que hacemos debe ser porque amamos a nuestro Señor.

Podemos ver muy claramente en las Escrituras que el creer no es suficiente. Es más, hay muchos creyentes que tienen malas intenciones, como mismo vemos en este pasaje: Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres. Le respondieron: Linaje de Abraham somos, y jamás hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo dices tú: Seréis libres? Jesús les respondió: De cierto, de cierto os digo, que todo aquel que hace pecado, esclavo es del pecado. Y el esclavo no queda en la casa para siempre; el hijo sí queda para siempre. Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres. Sé que sois descendientes de Abraham; pero procuráis matarme, porque mi palabra no halla cabida en vosotros. Yo hablo lo que he visto cerca del Padre; y vosotros hacéis lo que habéis oído cerca de vuestro padre. Respondieron y le dijeron: Nuestro padre es Abraham. Jesús les dijo: Si fueseis hijos de Abraham, las obras de Abraham haríais. Pero ahora procuráis matarme a mí, hombre que os he hablado la verdad, la cual he oído de Dios; no hizo esto Abraham. Vosotros hacéis las obras de vuestro padre. Entonces le dijeron: Nosotros no somos nacidos de fornicación; un padre tenemos, que es Dios. Jesús entonces les dijo: Si vuestro padre fuese Dios, ciertamente me amaríais; porque yo de Dios he salido, y he venido; pues no he venido de mí mismo, sino que él me envió. ¿Por qué no entendéis mi lenguaje? Porque no podéis escuchar mi palabra. Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. Juan 8:31-44a. ¿Cómo pudieron estos religiosos creer en Cristo, y ser hijos del diablo a la misma vez? Porque vemos que la fe o el creer, si no tiene buenas intenciones, si no hay amor por el Señor, de nada sirve. ¿Cuántas personas solo buscan de Dios para que Dios les sirva, y nada más? Escrito esta: Tú crees que Dios es uno; bien haces. También los demonios creen, y tiemblan. Santiago 2:19. Así que, el creer no es suficiente. Hacer cosas religiosas o hasta buenas tampoco es lo que convence a Dios.

Entonces, lo que justificó a los discípulos, e inclusive cuando no cumplían ciertas cosas de la ley, no solamente era su fe en Cristo, sino que también, era el hecho que estaban haciendo las cosas con la venía del Señor del día de reposo. Cristo mismo cuando hizo milagros en el día de reposo, no lo hizo porque le pareció nada más, sino para hacer la voluntad del Padre. Y, la voluntad del Padre es: Porque misericordia quiero, y no sacrificio, y conocimiento de Dios más que holocaustos. Oseas 6:6. Así que, ¿Estás viviendo tu vida en base a las prioridades de Dios, amándole como se lo merece, y haciendo Su voluntad? ¡Qué el Señor les bendiga! John ¡Dios bendiga a Israel!

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Un cambio de curso - 2 Corintios 5:12-21

Basado en 2 Corintios 5:12-21 (Versión Reina Valera 1960)

No nos recomendamos, pues, otra vez a vosotros, sino os damos ocasión de gloriaros por nosotros, para que tengáis con qué responder a los que se glorían en las apariencias y no en el corazón. Porque si estamos locos, es para Dios; y si somos cuerdos, es para vosotros. Porque el amor de Cristo nos constriñe, pensando esto: que si uno murió por todos, luego todos murieron; y por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos. De manera que nosotros de aquí en adelante a nadie conocemos según la carne; y aun si a Cristo conocimos según la carne, ya no lo conocemos así. De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas. Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación; que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación. Así que, somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase por medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios. Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.

Como cristianos, ¿debemos seguir el curso del mundo, o nuestro propio curso, o seguir a Cristo? Para poder razonar cual es el que más nos conviene, debiéramos ver que es lo que en realidad ganamos con cada uno. Pero primero, hay que contemplar el aspecto del tiempo, porque eso es lo que ayuda a entender el valor de las cosas. Contemplando el beneficio de algo y para “cuando” es útil nos ayudará aún más a entender lo que realmente vale la pena. La gran mayoría de las personas, e inclusive, la mayoría de los supuestos creyentes viven para el mundo presente, por el aquí y el ahora. Puede que muchos creyentes nieguen este hecho, pero su propio estilo de vida y hasta sus oraciones reflejan o toman en cuenta más el presente que lo eterno. Es más, la gran mayoría de los creyentes vienen a Dios solo para poder resolver sus problemas y necesidades presentes, y hasta allí llega el asunto. No hay una mira, ni un sentir, ni un propósito para lo eterno, solo para el presente. Y la Biblia dice esto al respecto: Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo. Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre. 1 John 2:16-17. El mundo presente, especialmente nosotros mismos solo duraremos cierto tiempo, y esto nos lleva a nuestro próximo punto.

Todo en esta vida tiene una fecha de expiración, por decir, o cierta duración, e inclusive nosotros mismos. Nada de lo que esta basado en este mundo temporal y pasajero durará para siempre. El dinero pierde su valor o cambia de forma. El poder humano hoy es y mañana será otra cosa. En referente a la fama, una persona puede estar en la cima hoy, y mañana, volverse en un ser desconocido e insignificante a los demas. Y ¿qué podemos decir de nuestros años aquí? ¿Cuánto es que dura esta vida? La Biblia dice: Los días de nuestra edad son setenta años; y si en los más robustos son ochenta años… Salmo 90:10a. Esto es lo que pasa en general, y hay ciertas excepciones, pero serán acaso unos pocos años más, en algunos casos. Y por esto mismo que ni siquiera nuestras relaciones más significativas duran mucho. Por naturaleza, los padres casi siempre parten primero. Y hay mas circunstancias hoy donde los hijos parten antes que los padres. Y en los casados, siempre parte uno antes que el otro, y a veces dura un matrimonio varios años, pero otros menos. Pero, todo matrimonio enfrenta más tarde o más temprano una separación.

Habiendo dicho esto, veamos ahora este asunto. ¿Vale la pena seguir el curso del mundo, o hasta nuestro propio curso? Ya que hemos visto que todo en esta tierra pasa, y que lo que mas puede durar algo es el largo de nuestra vida, pero que todo esto tiene su fin, ¿Podremos justificar el seguir la voluntad del mundo, o hasta nuestra propia voluntad? ¿Tiene sentido o lógica poner tanto enfoque en un mundo que hoy es y mañana es otra cosa, y nuestras propias vidas que pasan cambiando hasta que llega a su final? ¿Qué ganamos del mundo o de hacer las cosas a nuestra manera? Podremos tener ciertos beneficios, y hasta gozar de ciertas cosas en el presente si luchamos por obtenerlas, pero ¿Cuánto dura? Y, ¿Existe algo en este mundo que nos asegure la eternidad? Podemos concluir que ni este mundo, ni aún el hacer nuestra propia voluntad tiene algún valor, ni aporte para el futuro, sino solo Dios. Y esto nos lleva a la conclusión, la cual espero que sea vuestra conclusión también.

El Apóstol Pedro hizo esta declaración: Le respondió Simón Pedro: Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna. Y nosotros hemos creído y conocemos que tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente. Juan 6:68-69. Esta es la realidad que verdaderamente vale la pena, especialmente considerando la realidad de que existe una eternidad, y que solo el Señor es la respuesta para poder obtener esa realidad. No hay nada en este mundo que pueda darnos esto. Y es imposible que nosotros lo podamos conseguir por nosotros mismos, hagamos lo que hagamos. Por lo tanto, ¿De qué sirve estar enfocado tanto en el presente, y dedicarse solo a lo temporal? Y ¿Para qué dedicarse a cosas que solo duran cierto tiempo? El Apóstol Pablo dijo lo siguiente: Pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo. Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo. Filipenses 3:7-8. Y como resultado de esto mismo, también dijo esto: Porque ninguno de nosotros vive para sí, y ninguno muere para sí. Pues si vivimos, para el Señor vivimos; y si morimos, para el Señor morimos. Así pues, sea que vivamos, o que muramos, del Señor somos. Porque Cristo para esto murió y resucitó, y volvió a vivir, para ser Señor así de los muertos como de los que viven. Romanos 14:7-9. Cristo vino a cambiar el curso de nuestras vidas, para que ya no nos enfoquemos en lo temporal, en lo pasajero, en lo que no sirve para la eternidad. ¿Por qué? Porque nada de esto nos ayuda para la eternidad. Podemos pedirle ayuda a Dios por nuestras necesidades, pero consideremos esto: El Señor resucitó a Lázaro de los muertos, lo cual constituye el milagro más grande que físicamente se puede hacer. Pero Lázaro no está vivo hoy físicamente, sino que murió después. Entonces, si hasta algo tan grande como la resurrección física también no dura para siempre, ¿De qué sirve entonces enfocarse tanto en aquello? Y si la resurrección física es mas significativa que un trabajo, o una casa, o los bienes materiales, etc., entonces, ¿Tiene algún sentido ponerles tanta atención a estas cosas, y aún peor, buscar de Dios solo para resolver cosas temporales? Esto dijo el Señor: Y decía a todos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame. Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, este la salvará. Lucas 9:23-24. Si cambiamos de curso, y decidimos vivir para Cristo, tendremos lo más preciado, lo que vale más la pena que todo lo que podamos imaginar. Pero, si no decidimos cambiar de curso, y seguimos viviendo para hacer la voluntad del mundo, o nuestra propia voluntad, perderemos lo presente algún día, y peor, perderemos lo eterno, y no hay otra oportunidad después. Hoy es la oportunidad. Mañana es incierto. Así que, ¿ha cambiado tu vida de curso, para seguir a Cristo, o sigues el curso que solo te llevará a la perdición eterna? ¡Qué el Señor les bendiga! John ¡Dios bendiga a Israel!

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Nuestra fe debe producir fruto - Lucas 13:6-9

Basado en Lucas 13:6-9 (Versión Reina Valera 1960)

Dijo también esta parábola: Tenía un hombre una higuera plantada en su viña, y vino a buscar fruto en ella, y no lo halló. Y dijo al viñador: He aquí, hace tres años que vengo a buscar fruto en esta higuera, y no lo hallo; córtala; ¿para qué inutiliza también la tierra? Él entonces, respondiendo, le dijo: Señor, déjala todavía este año, hasta que yo cave alrededor de ella, y la abone. Y si diere fruto, bien; y si no, la cortarás después.

La salvación solo se alcanza a través de la gracia de Dios, cuando nos arrepentimos y convertimos de todos nuestros pecados, y por fe, reconociendo y aceptando que Jesús murió por nuestros pecados y que fue resucitado por Dios Padre al tercer día, y recibiéndole como nuestro Señor y Dios. Esto es el pleno mensaje del Evangelio para salvación. Pero, cuando una persona toma esta decisión, ¿queda algo más por hacer? Después de esto, ¿Puede una persona solo vivir para sí, para hacer su propia voluntad, y esperar vivir eternamente? O, ¿Debe haber algo que se produzca como resultado de esta fe?

Muchos creyentes hoy en día piensan que después de aceptar a Cristo o de convertirse a Cristo, que ya todo está hecho, y que no queda nada más por hacer, y lo basan en ciertos pasajes esparcidos por el Nuevo Testamento para fundamentar esta creencia o doctrina. Muchos creen que, ya que la salvación no se alcanza por obras, entonces, creen que las obras después de convertirse ya no tienen ningún valor. Pero, viendo un panorama mucho más grande y amplio de las Escrituras, que va mucho más allá de ciertos versículos, entenderíamos que cuando nacemos de nuevo, o nos convertimos a Cristo, es solo el comienzo. A través de muchas de las enseñanzas del propio Señor, entendemos que la voluntad de Dios es que nosotros rindamos un producto a raíz o como resultado de nuestra fe, y si no producimos ese fruto que Dios espera o vivimos para hacer Su voluntad, tal como lo hemos leído, nos cortará y nos sacará de Su viña.

Lo primero que debemos entender es que no podemos aceptar enseñanzas como completas, solo con ciertos versos y nada más. La Palabra de Dios se apoya en sí misma, y en múltiples lugares para poder completar un principio. Por ejemplo, hay cuatro evangelios escritos por cuatro distintas personas, que existieron en distintos tiempos. E increíblemente, dos de ellos fueron escritos por personas que no vieron al Señor físicamente, como Marcos y Lucas. Entonces ¿Quién es responsable o el autor de las Escrituras, el hombre o Dios? Escrito esta: Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia. 2 Timoteo 3:16. Entonces, ¿Para qué Dios inspiró que fuesen escritos cuatro distintos evangelios por diferentes personas, y por dos que ni siquiera vieron al Señor? ¿No bastaría solo un libro, y que fuere escrito por un solo escritor, y por la persona más cercana e íntima del Señor? Si fuere así, el único evangelio que importaría sería el Evangelio de Juan. Pero, no es así como Dios hizo las cosas. El permitió y diseño que fueren distintas personas para dar distintas perspectivas, y hasta el complementarse el uno para con el otro para demostrar la plenitud de la deidad de Cristo, tanto el relato de la persona que más cerca estuvo del Señor en la tierra durante Su ministerio (Juan) como el más lejano y removido de la vida física del Señor, como Lucas, quien escribió su evangelio entre 50 a 70 años después de la muerte del Señor. ¿Qué nos enseña esto? Que es Dios el que inspiró y dió sus relatos a través del Espíritu Santo, y también, que debemos ver más allá de solo unos versos por allí y por allá para completar principios divinos que deben ser observados y seguidos como parte de la fe en Cristo.

Otro punto que podemos discutir es el asunto de que, si una persona se convierte al Señor, ¿ya no debe preocuparse de nada más? A la hora que una persona se convierte, ¿comienza a funcionar el Espíritu Santo como un tipo de piloto automático (como algunos piensan), dentro de nuestras vidas? Volviendo a las Escrituras, si fuere así, que una persona ya no se tiene que preocupar de nada después de convertirse al Señor, solo asegurarse que allá una conversión genuina, entonces, ¿Para qué estudiar las Escrituras? Vayamos más allá. ¿Qué punto tendría Dios inspirar tal libro como la Santa Biblia, que no es un libro corto, producto que tomo siglos en producirse a través de muchos escritores? ¿Para que gastar tanto esfuerzo y sacrificio si solo con el Espíritu Santo tenemos para hacer todo lo que necesitamos hacer? ¿Qué importaría las Escrituras si ya estamos en un sendero sin salida ni desvió, por decir? Es imposible pensar que las Escrituras fueron hechas y escritos como pérdida de tiempo. Si vemos el universo, todo lo que Dios ha hecho, todo lo que proclama Su grandeza, desde lo más pequeño e invisible a nuestros ojos, como hasta lo más grande y expansivo del espacio, absolutamente todo tiene su propósito. Y si es así el asunto, ¿Dios no tendría un propósito aún más grande con Su Palabra, que hasta a través de ella, El hizo todo lo que hoy es y lo que permanece eternamente? Dios uso la Palabra, el Verbo, para crear lo visible y lo invisible, lo físico y lo espiritual, lo temporal y lo eterno. Como está escrito: En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era en el principio con Dios. Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho. Juan 1:1-3.   

Entonces, ¿cuál es el propósito de la Palabra? Dios nunca quitó o canceló el libre albedrio del hombre, ni lo hizo antes de Cristo, ni mucho menos, después de Cristo. La Biblia enseña que todo está sujeto al libre albedrio, a lo que el hombre decide hacer dentro de las cosas inconmovibles de Dios. La Biblia nos enseña que hay cosas ya plenamente establecidas por Dios, pero dentro de todo eso, El dá lugar a que el hombre pueda decidir qué hacer con su vida, y así, dar lugar para juicio. Es imposible que allá juicio si somos simples marionetas o robots de Dios sencillamente. Cada uno de nosotros es responsable ante Dios por lo que hacemos, y seremos juzgados como tal. El Señor mismo hablo mucho del juicio venidero, y que todos, hasta los creyentes daremos cuenta por lo que hicimos. Esto dice la Palabra: Por tanto procuramos también, o ausentes o presentes, serle agradables. Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo. Conociendo, pues, el temor del Señor, persuadimos a los hombres… 2 Corintios 5:9-11a. Si el Apóstol Pablo se incluyó en tal juicio, nosotros estaremos también incluidos.

Así que, debemos entender que nuestra fe debe tener fruto, o sea debemos hacer con nuestra fe lo que Dios manda que hagamos. Debemos estudiar y vivir la Palabra para poder hacer la voluntad de Dios. Este es el propósito por lo cual fuimos salvados, para hacer la voluntad de Dios voluntariamente, convencidos de Su verdad, y por amor a El. Esto dijo el Señor: Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador. Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto. Juan 15:1-2. Así que, ¿Tu fe está produciendo el fruto que tanto anhela ver Dios en ti? O ¿no estás produciendo nada, y así, corriendo el riesgo de ser removido por Dios para siempre? ¡Qué el Señor les bendiga! John ¡Dios bendiga a Israel!

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Nuestro caminar con Cristo es personal - Zacarias 10

Basado en Zacarias 10 (Versión Reina Valera 1960)

Pedid a Jehová lluvia en la estación tardía. Jehová hará relámpagos, y os dará lluvia abundante, y hierba verde en el campo a cada uno. Porque los terafines han dado vanos oráculos, y los adivinos han visto mentira, han hablado sueños vanos, y vano es su consuelo; por lo cual el pueblo vaga como ovejas, y sufre porque no tiene pastor. Contra los pastores se ha encendido mi enojo, y castigaré a los jefes; pero Jehová de los ejércitos visitará su rebaño, la casa de Judá, y los pondrá como su caballo de honor en la guerra. De él saldrá la piedra angular, de él la clavija, de él el arco de guerra, de él también todo apremiador. Y serán como valientes que en la batalla huellan al enemigo en el lodo de las calles; y pelearán, porque Jehová estará con ellos; y los que cabalgan en caballos serán avergonzados. Porque yo fortaleceré la casa de Judá, y guardaré la casa de José, y los haré volver; porque de ellos tendré piedad, y serán como si no los hubiera desechado; porque yo soy Jehová su Dios, y los oiré. Y será Efraín como valiente, y se alegrará su corazón como a causa del vino; sus hijos también verán, y se alegrarán; su corazón se gozará en Jehová. Yo los llamaré con un silbido, y los reuniré, porque los he redimido; y serán multiplicados tanto como fueron antes. Bien que los esparciré entre los pueblos, aun en lejanos países se acordarán de mí; y vivirán con sus hijos, y volverán. Porque yo los traeré de la tierra de Egipto, y los recogeré de Asiria; y los traeré a la tierra de Galaad y del Líbano, y no les bastará. Y la tribulación pasará por el mar, y herirá en el mar las ondas, y se secarán todas las profundidades del río; y la soberbia de Asiria será derribada, y se perderá el cetro de Egipto. Y yo los fortaleceré en Jehová, y caminarán en su nombre, dice Jehová.

Hoy mas que nunca sufre el pueblo de Dios por mala instrucción, porque se enseñan cosas erradas, como si fueren verdad. Y no debiera ser sorpresa para nosotros porque la Palabra nos advirtió que esto sucedería aún más en los últimos tiempos. Esto dice la Palabra: Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas. 2 Timoteo 4:3-4. También debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos. Porque habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, sin afecto natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno, traidores, impetuosos, infatuados, amadores de los deleites más que de Dios, que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella; a estos evita. Porque de estos son los que se meten en las casas y llevan cautivas a las mujercillas cargadas de pecados, arrastradas por diversas concupiscencias. Estas siempre están aprendiendo, y nunca pueden llegar al conocimiento de la verdad. Y de la manera que Janes y Jambres resistieron a Moisés, así también estos resisten a la verdad; hombres corruptos de entendimiento, réprobos en cuanto a la fe. 2 Timoteo 3:1-8. Esto es lo que estamos experimentando hoy dentro de muchas de nuestras iglesias, y por desgracia, en muchos de los llamados siervos y líderes. Debemos tener mucho cuidado, y debemos estudiar lo que se nos dice, no solo aceptarlo como verdad porque alguien de cierta posición lo está enseñando. No debemos tomar las cosas por asentadas.

Entonces, ¿qué podemos hacer? ¿Cómo es que podemos protegernos de tales cosas, de evitar aprender mentiras, o cosas erradas? Por la gracia de Dios, hoy tenemos dos cosas qué son primordiales. Lo primero es: cuando somos redimidos por Dios a través de Cristo, por la fe recibimos al Espíritu Santo en nuestras vidas. Dios nos ha dado el Consolador a través de la salvación para que precisamente nos pueda guiar, para que podamos aprender Su verdad directamente. Escrito esta: Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir. Juan 16:13. Nosotros como cristianos no necesitamos intermediadores humanos. Es bueno tener a alguien que nos guíe para aprender la palabra de Dios, y todavia hay personas temerosas de Dios, como este ministerio, que tratamos por todos los medios de no comprometer la verdad de Dios (sé darán cuenta que siempre todo está basado en la Palabra). Pero, de lo que más debemos depender es de nuestra propia relación con Dios a través de la oración continua y al dedicarnos a estudiar la Palabra, diariamente, y viendo si es verdad o no lo que nos enseñan o nos predican.

Puede que diga alguien: Yo no se suficiente, o no tengo el conocimiento necesario para poder distinguir. Escrito esta: Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada. Santiago 1:5. Y tambien dice esto:  Y yo os digo: Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá. ¿Qué padre de vosotros, si su hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿o si pescado, en lugar de pescado, le dará una serpiente? ¿O si le pide un huevo, le dará un escorpión?  Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan? Lucas 11:9-13. La buena, perfecta y agradable voluntad de Dios es que le pidamos de Su guía y sabiduría continuamente, así que, El indudablemente responderá.

Y, la segunda cosa es que debemos buscar toda respuesta en la Palabra de Dios, la Santa Biblia. Toda enseñanza, prédica, doctrina, etc., debe ser comparada a lo que Dios dice en las Escrituras. Esto dicen las mismas Escrituras: Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra. 2 Timothy 3:16-17. No hay otra fuente más directa de Dios que Su Palabra, desde Génesis hasta Apocalipsis. Por esto mismo que muchos naufragan en su fe, o se desvían, porque no se toman el tiempo de buscar por ellos mismos la Verdad, de comparar y verificar si es verdad lo que se les dice. Esto dice la Palabra: Mi pueblo fue destruido, porque le faltó conocimiento. Por cuanto desechaste el conocimiento, yo te echaré del sacerdocio; y porque olvidaste la ley de tu Dios, también yo me olvidaré de tus hijos. Oseas 4:6. Tenemos el privilegio más grande hoy, de tener a nuestro alcance la Palabra de Dios. En tiempos antiguos, como durante el tiempo de Óseas, casi nadie podía tener su propia copia de las Escrituras. La Palabra estaba al cuidado de los sacerdotes y escribas. Y así todo, Dios dijo que Su pueblo fue destruido, porque desecharon Su Palabra. Si Dios juzgó de esa manera a Su pueblo, ¿Cuánta más responsabilidad tenemos ahora nosotros?

Lo mejor del asunto es de que nuestra relación con el Señor es personal, y que podemos depender plenamente en El. Si tenemos buenos instructores de la Palabra, bien. Pero, si no tenemos personas confiables, no importa, porque tenemos más de lo necesario, disponible. Y también, debemos tener en cuenta que todos, sin excepción, daremos cuenta delante de Dios por todo lo que hacemos. Así que, ¿mantienes tu propia relación a diario con Cristo? ¡Qué el Señor les bendiga! John ¡Dios bendiga a Israel!

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Porque los cristianos deben apoyar a Israel - Romanos 11

Basado en Romanos 11 (Versión Reina Valera 1960)

Digo, pues: ¿Ha desechado Dios a su pueblo? En ninguna manera. Porque también yo soy israelita, de la descendencia de Abraham, de la tribu de Benjamín. No ha desechado Dios a su pueblo, al cual desde antes conoció. ¿O no sabéis qué dice de Elías la Escritura, cómo invoca a Dios contra Israel, diciendo: Señor, a tus profetas han dado muerte, y tus altares han derribado; y sólo yo he quedado, y procuran matarme? Pero ¿qué le dice la divina respuesta? Me he reservado siete mil hombres, que no han doblado la rodilla delante de Baal. Así también aun en este tiempo ha quedado un remanente escogido por gracia. Y si por gracia, ya no es por obras; de otra manera la gracia ya no es gracia. Y si por obras, ya no es gracia; de otra manera la obra ya no es obra. ¿Qué pues? Lo que buscaba Israel, no lo ha alcanzado; pero los escogidos sí lo han alcanzado, y los demás fueron endurecidos; como está escrito: Dios les dio espíritu de estupor, ojos con que no vean y oídos con que no oigan, hasta el día de hoy. Y David dice: Sea vuelto su convite en trampa y en red, en tropezadero y en retribución; sean oscurecidos sus ojos para que no vean, y agóbiales la espalda para siempre. Digo, pues: ¿Han tropezado los de Israel para que cayesen? En ninguna manera; pero por su transgresión vino la salvación a los gentiles, para provocarles a celos. Y si su transgresión es la riqueza del mundo, y su defección la riqueza de los gentiles, ¿cuánto más su plena restauración? Porque a vosotros hablo, gentiles. Por cuanto yo soy apóstol a los gentiles, honro mi ministerio, por si en alguna manera pueda provocar a celos a los de mi sangre, y hacer salvos a algunos de ellos. Porque si su exclusión es la reconciliación del mundo, ¿qué será su admisión, sino vida de entre los muertos? Si las primicias son santas, también lo es la masa restante; y si la raíz es santa, también lo son las ramas. Pues si algunas de las ramas fueron desgajadas, y tú, siendo olivo silvestre, has sido injertado en lugar de ellas, y has sido hecho participante de la raíz y de la rica savia del olivo, no te jactes contra las ramas; y si te jactas, sabe que no sustentas tú a la raíz, sino la raíz a ti. Pues las ramas, dirás, fueron desgajadas para que yo fuese injertado. Bien; por su incredulidad fueron desgajadas, pero tú por la fe estás en pie. No te ensoberbezcas, sino teme. Porque si Dios no perdonó a las ramas naturales, a ti tampoco te perdonará. Mira, pues, la bondad y la severidad de Dios; la severidad ciertamente para con los que cayeron, pero la bondad para contigo, si permaneces en esa bondad; pues de otra manera tú también serás cortado. Y aun ellos, si no permanecieren en incredulidad, serán injertados, pues poderoso es Dios para volverlos a injertar. Porque si tú fuiste cortado del que por naturaleza es olivo silvestre, y contra naturaleza fuiste injertado en el buen olivo, ¿cuánto más estos, que son las ramas naturales, serán injertados en su propio olivo. Porque no quiero, hermanos, que ignoréis este misterio, para que no seáis arrogantes en cuanto a vosotros mismos: que ha acontecido a Israel endurecimiento en parte, hasta que haya entrado la plenitud de los gentiles; y luego todo Israel será salvo, como está escrito: Vendrá de Sion el Libertador, que apartará de Jacob la impiedad. Y este será mi pacto con ellos, cuando yo quite sus pecados. Así que en cuanto al evangelio, son enemigos por causa de vosotros; pero en cuanto a la elección, son amados por causa de los padres. Porque irrevocables son los dones y el llamamiento de Dios. Pues como vosotros también en otro tiempo erais desobedientes a Dios, pero ahora habéis alcanzado misericordia por la desobediencia de ellos, así también estos ahora han sido desobedientes, para que por la misericordia concedida a vosotros, ellos también alcancen misericordia. Porque Dios sujetó a todos en desobediencia, para tener misericordia de todos. ¡Oh profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios! ¡Cuán insondables son sus juicios, e inescrutables sus caminos! Porque ¿quién entendió la mente del Señor? ¿O quién fue su consejero? ¿O quién le dio a él primero, para que le fuese recompensado? Porque de él, y por él, y para él, son todas las cosas. A él sea la gloria por los siglos. Amén.

Como cristianos debemos apoyar a Israel. Pero por desgracia, son solo algunos que lo hacen, y las razones pueden ser, o porque ignoran las Escrituras, como las que leímos hoy, o porque no entienden todavía la gracia que se le ha sido otorgada, o porque no entienden el plan de Dios, o porque todavía permanecen en oscuridad, del cual, si no se arrepienten, nunca obtendrá entrada al reino de Dios. No obstante, tenemos razones avasallantes de porque debemos apoyar y bendecir a Israel.

El primer asunto por el cual el cristiano debe apoyar a Israel es porque Dios dice que debemos hacerlo. Este debiera ser la razón más obvia, y la más relevante. Entendamos o no las razones de Dios, no importa, porque el entendimiento no es requisito para la obediencia. Hay muchas cosas en esta vida que solo aceptamos y hasta ponemos nuestras vidas en ellas sin entender porque son y como trabajan. Es más, hay una increíble cantidad de cosas que no entendemos y no obstante, dependemos a diario de ellos, sin ni siquiera saberlo. Cuando vemos lo expansivo del universo, y las complejidades de nuestro planeta, hay demasiadas cosas que no tenemos la capacidad de entender. Y usamos tal cosa como la fe, (y bendito sea Dios que nos ha dado esa capacidad, o habilidad), porque o si no, nada nos podría ser posible. Pero, en fin, esto dice Dios, de los descendientes de Abraham, el padre de la fe: Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra. Genesis 12:3. Así que, si deseas la bendición de Dios, bendice a Israel. Y si no lo bendices, entonces eres del grupo opuesto, porque hay solo dos caminos en esta vida, el hacer la voluntad de Dios, o el hacer la voluntad de Satanás. No existe el gris, o un lado medio. Y así, si no lo bendices, entonces traes sobre ti mismo la maldición de Dios. Por tu propio bien; piénsalo, medítalo, y pésalo.

Ahora bien, como gentiles que creemos en Dios, entenderíamos a través de este pasaje que la oportunidad de la salvación se nos otorga solo por la falla de Israel. Y Dios permitió que fallarán en general (porque no todos han despreciado la salvación de Dios) para que el gentil, nosotros los que estábamos totalmente ajenos a las promesas de Dios, pudiéramos tener la oportunidad de ser salvos. Toda nuestra oportunidad viene en relación a la intervención de Dios en el creer del judío para que pudiéramos tener la opción a través de Cristo. Debemos siempre recordar que la salvación vino a través de los judíos. El Señor era judío de judíos carnalmente, Hijo de David, y el evangelio llego a nosotros a través del pueblo judío. Todo lo que Dios hizo por nosotros fue a través de Su pueblo Israel, tanto Su propio Hijo, como los Apóstoles. Todo como cristianos se lo debemos a Dios, pero también a los judíos porque fue lo que Dios uso. Y nosotros hemos sido añadidos al pueblo creyente judío. No hay dos grupos de personas para Dios, sino uno a través de Cristo, una sola iglesia. Y a través de la fe, venimos a ser tanto hijos de Dios como hijos de Abraham. Escrito esta: Pero ahora en Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido hechos cercanos por la sangre de Cristo. Porque él es nuestra paz, que de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación. Efesios 2:13-14. Si no amamos a los judíos, como cristianos, entonces, nos estamos despreciando a nosotros mismos, y desobedeciendo Dios. Así que, ¿Eres de los que bendicen a Israel para tu propia bendición, o de los que traen maldición sobre sí mismo? ¡Qué el Señor les bendiga! John ¡Dios bendiga a Israel!

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Necesitamos estudiar la Palabra de Dios - 2 Pedro 1:16 – 2:3

Basado en 2 Pedro 1:16 – 2:3 (Versión Reina Valera 1960)

Porque no os hemos dado a conocer el poder y la venida de nuestro Señor Jesucristo siguiendo fábulas artificiosas, sino como habiendo visto con nuestros propios ojos su majestad. Pues cuando él recibió de Dios Padre honra y gloria, le fue enviada desde la magnífica gloria una voz que decía: Este es mi Hijo amado, en el cual tengo complacencia. Y nosotros oímos esta voz enviada del cielo, cuando estábamos con él en el monte santo. Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones; entendiendo primero esto, que ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada, porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo. Pero hubo también falsos profetas entre el pueblo, como habrá entre vosotros falsos maestros, que introducirán encubiertamente herejías destructoras, y aun negarán al Señor que los rescató, atrayendo sobre sí mismos destrucción repentina. Y muchos seguirán sus disoluciones, por causa de los cuales el camino de la verdad será blasfemado, y por avaricia harán mercadería de vosotros con palabras fingidas. Sobre los tales ya de largo tiempo la condenación no se tarda, y su perdición no se duerme.

Es necesario para todos los que deseamos alcanzar la vida eterna a través de Jesucristo, que entendamos bien lo que es y lo que no es la voluntad de Dios, lo que es verdad y lo que es mentira. Contrario a lo que se predica hoy muy comúnmente, la vida eterna, la salvación no solo se alcanza a través del arrepentimiento y conversión de pecados, y no solo se alcanza a través de confesar a Jesús como Señor, sino que es necesario como producto de ese arrepentimiento y conversión, y también de la fe en el Señor, el vivir para Cristo hasta nuestro final en la carne, haciendo así la voluntad de Dios. Y esto lo puedo decir muy afirmativamente a través de la Palabra de Dios, que es la suma autoridad del universo.

Para comenzar, el seguir a Cristo y permanecer en El es tan importante en nuestra fe como lo que lo inicia. Nunca debemos olvidar que somos salvos por la gracia de Dios a través del Señor Jesucristo, pero para Su propósito, y no para nuestros propósitos. Esto dice la Palabra: Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe. Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas. Efesios 2:8-10. Y también dijo el Señor: No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Mateo 7:21. Por lo tanto, una persona puede llegar a arrepentirse y convertirse, puede llegar hasta confesar a Jesús como el Señor, pero si no busca hacer la voluntad de Dios como corresponde, ni nunca se dispone a buscar el deseo de Dios para su vida, sencillamente no llegará a la meta. ¿Por qué? Porque la verdadera fe en Cristo no solo se dice, sino que se vive, y se debe vivir hasta el final, como también está escrito: Mas el que persevere hasta el fin, este será salvo. Mateo 24:13.

Pero ¿Qué pasará con una persona que solo busca hacer lo que desea, y aún peor, busca de Dios solo para que Dios supla sus necesidades y cumpla sus deseos? ¿Tal fe podrá salvarle? De acuerdo con las Escrituras, no es posible que una persona que hace eso alcance la salvación. Ya no es cuestión de que si una persona fue salva o perdió su salvación, sino el simple hecho de que nunca llevo a cabo la voluntad de Dios. Y por desgracia, la gran mayoría del supuesto pueblo de Dios vive de esta manera. Y por eso que son arrastrados por enseñanzas y doctrinas que aparentan ser verdad, porque la mentira suena mucho como la verdad, y también, porque suena muy atrayente, porque apela a sus deseos carnales. ¿Es malo pedirle ayuda al Señor? ¿Es malo depender del Señor? Por supuesto que no. El desea que nos demos cuenta de que dependemos totalmente de El, pero nuestra voluntad nunca debe ser la prioridad. Esa debe ser la diferencia. Nuestra prioridad siempre debe ser Su deseo. El Señor mismo nos dejó esta oración como ejemplo, lo cual muchos conocen y hasta lo tienen memorizado: …Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierraMateo 6:9b-10. Entonces, si una persona nunca pide por la voluntad de Dios en su vida, o nunca escoge hacer lo que Dios desea que haga, ¿Cómo llegará a hacer Su voluntad? Y ya vimos, que, si no hace la voluntad de Dios, podrá decir mucho: Señor, Señor…, pero no entrará en el reino de los cielos.

Ahora bien, ¿Cómo llegamos a conocer la voluntad de Dios? Primordialmente, a través de Su Palabra, la Santa Biblia, desde Genesis hasta Apocalipsis. Si Dios ha comprometido tanto esfuerzo y sacrificio para que tengamos Su Palabra como tal, ¿Podremos pensar por un momento que Dios aceptará que nos dejemos llevar por nuestras opiniones y parecer? No. Es más, es ofensivo a Dios que ignores Su Palabra, tal obra maestra que ha hecho, para que lo ignores y te dejes aconsejar por tus propias ideas, o aún peor, por las ideas y conceptos del mundo y de la sociedad. Todo reino en este mundo se ha levantado y ha caído, pero la Palabra de Dios permanece firme hasta hoy, y vivimos y existimos en base a ella, lo quieran aceptar o no. Desde el momento que Dios dijo: Sea… es que tenemos todo lo que tenemos hoy. El universo fue hecho a través de la Palabra de Dios. Pero si ignoras la Palabra de Dios, ¿podrás tener vida eterna? Imposible. Esto dice: Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra. 2 Timoteo 3:16-17.

Finalmente, es para nuestro propio bien el estudiar Su Palabra lo más posible. Siempre debemos recordar, Dios no pierde nada. Somos nosotros los que salimos perdiendo, y perdiendo eternamente si no nos aferramos a Su Verdad por completo. La Palabra de Dios no es un menú donde uno escoge lo que quiere y nada más. Debemos entender lo que el enemigo más trata de hacer es que sigas la mentira. Envía falsos profetas, falsos maestros, y usa hasta ciertas partes de la Palabra de Dios para tratar de hacerte que sigas la mentira, cosas que suenan como la verdad. ¿Por qué? Porque él es toda maldad, es parte de su carácter corrompido que lo hace ser como es. Ahora, Dios permite que hallan tales cosas para que lo genuino, los que le amamos lleguemos a estar listos para lo que viene. Este mundo temporal y corrompido es solo un lugar para ver quién es quién. Lo eterno es lo que importa, y por eso que debemos ser probados, tentados, y hasta atribulados, para que los que desean más hacer su propia voluntad, se terminen filtrando por ellos mismos, pero los que aprendemos a amar a Dios sobre todas las cosas, hasta sobre nuestras propias vidas, logremos a través de Cristo obtener lo que Dios solo puede dar. Escrito esta: Palabra fiel es esta: Si somos muertos con él, también viviremos con él; si sufrimos, también reinaremos con él; si le negáremos, él también nos negará. 2 Timothy 2:11-12. Así que, ¿buscas hacer la voluntad de Dios según toda Su Palabra para que puedas obtener Su supremo premio? ¡Qué el Señor les bendiga! John ¡Dios bendiga a Israel!

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El cumplimiento de las profecías - 2 Timoteo 3

Basado en 2 Timoteo 3 (Versión Reina Valera 1960)

También debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos. Porque habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, sin afecto natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno, traidores, impetuosos, infatuados, amadores de los deleites más que de Dios, que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella; a estos evita. Porque de estos son los que se meten en las casas y llevan cautivas a las mujercillas cargadas de pecados, arrastradas por diversas concupiscencias. Estas siempre están aprendiendo, y nunca pueden llegar al conocimiento de la verdad. Y de la manera que Janes y Jambres resistieron a Moisés, así también estos resisten a la verdad; hombres corruptos de entendimiento, réprobos en cuanto a la fe. Mas no irán más adelante; porque su insensatez será manifiesta a todos, como también lo fue la de aquellos. Pero tú has seguido mi doctrina, conducta, propósito, fe, longanimidad, amor, paciencia, persecuciones, padecimientos, como los que me sobrevinieron en Antioquía, en Iconio, en Listra; persecuciones que he sufrido, y de todas me ha librado el Señor. Y también todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución; más los malos hombres y los engañadores irán de mal en peor, engañando y siendo engañados. Pero persiste tú en lo que has aprendido y te persuadiste, sabiendo de quién has aprendido; y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús. Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.

No debe haber ninguna duda en que estamos viviendo los últimos tiempos. Ya llevamos un tiempo viendo el cumplimiento de estas profecías que anunciaban de estos postreros días. Una de las cosas principales que nos dicen que ya llevamos tiempo en esto, es el pueblo de Israel, desde que sucedió lo impensable cuando Dios trajo a su pueblo de vuelta y lo volvió a establecer en 1948, como lo dicen estos pasajes: Asimismo acontecerá en aquel tiempo, que Jehová alzará otra vez su mano para recobrar el remanente de su pueblo que aún quede en Asiria, Egipto, Patros, Etiopía, Elam, Sinar y Hamat, y en las costas del mar. Isaías 11:11. He aquí que yo los reuniré de todas las tierras a las cuales los eché con mi furor, y con mi enojo e indignación grande; y los haré volver a este lugar, y los haré habitar seguramente; y me serán por pueblo, y yo seré a ellos por Dios. Y les daré un corazón, y un camino, para que me teman perpetuamente, para que tengan bien ellos, y sus hijos después de ellos. Y haré con ellos pacto eterno, que no me volveré atrás de hacerles bien, y pondré mi temor en el corazón de ellos, para que no se aparten de mí. Y me alegraré con ellos haciéndoles bien, y los plantaré en esta tierra en verdad, de todo mi corazón y de toda mi alma. Porque así ha dicho Jehová: Como traje sobre este pueblo todo este gran mal, así traeré sobre ellos todo el bien que acerca de ellos hablo. Jeremías 32:37-42. Como nota, el que apoya la destrucción de Israel trae sobre si la maldición de Dios.

Y después, muchos de nosotros hemos presenciado y disfrutado la profecía que el Señor dijo que el Evangelio seria predicado hasta los confines de la tierra, como está escrito: Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin. Mateo 24:14. En 1950, comenzó la Billy Graham Evangelistic Association donde el Dr. Billy Graham comenzó grandes cruzadas, que después se hicieron mundiales. Por ejemplo, en Seúl, Corea del Sur, desde el 30 de mayo hasta el 3 de junio, 1973, se estima que hubieron más de 3.2 millones que vinieron a escuchar el Mensaje. Y en el servicio final, se estima que hubieron más de 1.1 millones de personas, donde se tuvo que predicar al aire libre en una pista de aviones (Yoi-do Plaza) para acomodar esa cantidad de público. En conjunto con esto, se alcanzaban a millones de personas a través de los distintos medios como la televisión y la radio. En Marzo de 1995, basado en San Juan, Puerto Rico, se transmitió el mensaje de salvación via satélite a 185 países, traducido a 116 lenguajes (a más de 1 billón de personas), donde todos escuchando en su lenguaje el camino a la vida cristiana, el Evangelio: 1) confesión y arrepentimiento, admitiendo el pecado y volviéndose de aquello, 2) recibiendo a Cristo por fe, invitándole a ser Señor y Salvador quien vive en el corazón a través del Espíritu Santo, y 3) obedeciendo y creciendo, lo cual envuelve un seguir a Cristo por toda la vida, comprometido con oración y el estudio de la Palabra de Dios, y exhibiendo el fruto del Espíritu en la vida de uno. Y esto fue lo que Dios hizo a través de un solo hombre, con la ayuda de una multitud de personas (por supuesto). Somos muchos más los que hemos dedicado nuestras vidas a ayudar a cumplir esta profecía mundial.

Y ahora, ¿Qué vemos? El cumplimiento del pasaje que leímos al comienzo. El mundo ha sido evangelizado, y ahora muy desgraciadamente, estamos presenciando la decadencia de ese gran tiempo de predica, tal como lo escribió el Apóstol Pablo a Timoteo, inspirado por el Espíritu Santo. Estos pecados que vimos antes no solo están en los incrédulos, sino y aún peor, están muy presentes en la gran mayoría de aquellos que se llaman ser pueblo de Dios o creyentes en Dios. Hoy vemos que se aman más a sí mismos que los demás, donde la gran mayoría piensa muy egoístamente, sin importarles los problemas de los demás. Y ¿qué podemos decir de lo siguiente: …avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, sin afecto natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno, traidores, impetuosos, infatuados, amadores de los deleites más que de Dios…? Y esto no solo lo vemos dentro de nuestras iglesias, sino aún peor, en el liderazgo de muchas iglesias por todo el mundo. Esta es una de las grandes razones por lo cual muchos resisten asistir a una iglesia, porque temen encontrar cosas aún peores en lugares donde debiera estar la presencia de Dios y Su bondad. En vez de encontrar paz, encuentran altivez y dureza de corazón. En vez de hallar ayuda, se encuentran malas intenciones. Estamos viviendo tiempos malos que solo se pondrán peores. Y si deseamos llegar a lo prometido, no podemos dejar llevarnos precisamente por las mentiras que se predican en muchos lugares. Debemos tener puestos los ojos en el Señor y seguir fielmente Su Palabra. No podemos tomar nada por asentado, ni lo que escuchamos, ni lo que hacemos personalmente, pase lo que pase, nos cueste lo que nos cueste (porque el seguir a Cristo sí tiene un precio). Esto dice la Palabra: Y el hermano entregará a la muerte al hermano, y el padre al hijo; y se levantarán los hijos contra los padres, y los matarán. Y seréis aborrecidos de todos por causa de mi nombre; mas el que persevere hasta el fin, este será salvo. Marcos 13:12-13. No les voy a mentir, ni menos predicarles un evangelio falso de paz y prosperidad, porque temo a Dios. Vienen tiempos más difíciles, pero debemos perseverar hasta el fin para ser salvos, tal como está escrito. Lo global está escrito y se cumplirá, pero nuestras vidas aún están siendo escritas delante de Dios, y todo será juzgado por El al final. Así que, ¿De qué lado del cumplimiento de las profecías estas? ¿Para los que alcanzarán gracia ante Dios o los que se perderán por seguir la corriente del enemigo? ¡Qué el Señor les bendiga! John ¡Dios bendiga a Israel!

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Sometiéndonos a Dios - 1 Pedro 5:5-11

Basado en 1 Pedro 5:5-11 (Versión Reina Valera 1960)

Igualmente, jóvenes, estad sujetos a los ancianos; y todos, sumisos unos a otros, revestíos de humildad; porque: Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes. Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo; echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros. Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar; al cual resistid firmes en la fe, sabiendo que los mismos padecimientos se van cumpliendo en vuestros hermanos en todo el mundo. Mas el Dios de toda gracia, que nos llamó a su gloria eterna en Jesucristo, después que hayáis padecido un poco de tiempo, él mismo os perfeccione, afirme, fortalezca y establezca. A él sea la gloria y el imperio por los siglos de los siglos. Amén.

La Biblia habla de humillarnos, tanto como humillarnos ante ciertas personas dignas de respeto en el Señor, o sea, no los ancianos de edad necesariamente (aunque debieran ser de estima), más los ancianos en el caminar del Señor, como también, nos enseña aún mayormente a humillarnos bajo la poderosa mano de Dios. ¿Qué significa realmente este asunto de humillarnos? ¿Significa rebajarse o descender de alguna manera como muchos lo interpretan?

El humillarnos, en sí, no implica un rebajarse o descender de estatus, por decir, sino que, se usa para ayudarnos a entender que nuestro modo de pensar debe cambiar, y por nuestro propio bien, adoptar un razonamiento más apropiado considerando ciertas realidades. Con relación a la persona que es anciana en el Señor, la persona que lleva tiempo y madurez como lo manda la Palabra, el respetarlas es sencillamente un reconocimiento de una realidad, de que ellos a través de su relación con el Señor, han logrado cierta experiencia que los hacen más crecidos y semejantes a Cristo. Esto dice por ejemplo la Palabra: Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido. De manera que cualquiera que quebrante uno de estos mandamientos muy pequeños, y así enseñe a los hombres, muy pequeño será llamado en el reino de los cielos; mas cualquiera que los haga y los enseñe, este será llamado grande en el reino de los cielos. Porque os digo que si vuestra justicia no fuere mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos. Mateo 5:18-20. Debemos por lo tanto saber valorar ese caminar o ancianidad en el Señor. Y como leímos, no se trata de conocimiento (porque nadie sabía más que los fariseos y escribas), sino más bien, de vivir la ley, la Palabra de Dios. Por eso que los que son dignos de honra no son necesariamente ni las posiciones ni títulos que muchos presumen, sino los que han aprendido, practicado, y hasta sufrido por el Evangelio. Este es sencillamente un ejemplo: Hay una gran diferencia entre un creyente que fue a un seminario y que pastorea una iglesia con ciertas comodidades a un hermano o hermana que ha sido perseguido o a sufrido por el evangelio, y ha sacrificado bienes y hasta relaciones, libertades, etc. por amor a Cristo. Los Apóstoles eran claros ejemplos de esto. Y este fue precisamente la corrupción que surgió en la iglesia de Corinto, que ellos maltrataron a Pablo, a raíz del engreimiento, falta de madurez, y falta de respeto de estos.

Pero vayamos a lo más importante. ¿Es en realidad humillarse ante Dios el sencillamente comenzar a entender quien El es, y de lo que El es digno? Se usa la Palabra ‘humillaos’, pero es simplemente un comenzar un aceptar, una realidad, y tanto, porque Dios es digno, como también para nuestro beneficio. Y aún más, si una persona no comienza a dedicarse a entender quién es Dios y todo lo que le debe, puedo decir muy seguramente fundado en la Palabra, que nunca encontrará ni gracia, ni perdón ante Dios sin este reconocimiento y aceptación, y por muchas razones muy lógicas. Veamos este pasaje: Cuando veo tus cielos, obra de tus dedos, la luna y las estrellas que tú formaste, Digo: ¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria, y el hijo del hombre, para que lo visites? Salmo 8:3-4. Toda la creación proclama quien es Dios, Su poderío, Su dominio, y Su autoridad. El Señor no necesita ni una campaña publicitaria, ni marketing. Se trata de solo usar nuestros sentidos y raciocinio para poder comenzar a entender quién es Dios. Y esto también dice la Palabra: Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa. Romanos 1:20. El hombre no necesita absolutamente nada más, solo dedicarse a observar las cosas, y hasta su propia existencia, para poder llegar a saber y llegar a creer en quien es Dios. Dios mismo dice que no tienen excusa, indiscutiblemente. Así que, la persona que no quiera aceptar esto, no es por falta de pruebas, sino porque no quiere creer, se rebela a Dios totalmente consciente de esta realidad. Enoc no tuvo nada escrito para poder llegar a creer y honrar a Dios. Noe tampoco necesito nada de eso, ni tampoco Abraham. Ellos fueron hombres que alcanzaron la gracia de Dios con solo observar lo creado y creer en Dios como era necesario.

Nosotros le debemos todo a Dios. La Biblia dice así: Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él. Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten. Colosenses 1:16-17. Y dice esto también: Todo lo que respira alabe a JAH. Aleluya. Salmo 150. Toda la existencia, y aún nosotros mismos, todo depende de Dios. La realidad es que hasta nuestros pulmones respiran por el aire que Dios nos da, nuestros corazones palpitan solo porque Dios lo permite, y nuestro cuerpo funciona solo a través de Su persona. Por eso que dice que todo lo que respira alabe a JAH, no por humillación, sino como aceptación de una realidad irrefutable. ¡Oh si! La ciencia puede explicar ciertas cosas, y decirnos cómo funcionan, pero explicar algo es una cosa, pero otra cosa es crearla, hacerla, y sustentarlo todo. Y de nuevo, si no lo creen, no es porque no pueden creerlo, sino porque rehúsan, se rebelan a creer. Cuando Dios enfrenta a Job, ¿Qué le pregunto? Esto dice: Entonces respondió Jehová a Job desde un torbellino, y dijo: ¿Quién es ese que oscurece el consejo con palabras sin sabiduría? Ahora ciñe como varón tus lomos; Yo te preguntaré, y tú me contestarás. ¿Dónde estabas tú cuando yo fundaba la tierra? Házmelo saber, si tienes inteligencia. ¿Quién ordenó sus medidas, si lo sabes? ¿O quién extendió sobre ella cordel? ¿Sobre qué están fundadas sus bases? ¿O quién puso su piedra angular? Job 38:1-6. Entonces, ¿Será perdonado el hombre por una supuesta o autoimpuesta ignorancia? Si Dios dio testimonio de Job diciendo: …que no hay otro como él en la tierra, varón perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal, fue enfrentado por Dios con estas verdades, ¿Qué quedará para nosotros si no valoramos toda Su obra, especialmente lo que hizo en la cruz a través de Cristo? ¿Se perdonará tal pecado de tomar tantas cosas por asentadas? Escrito esta: El principio de la sabiduría es el temor de Jehová; los insensatos desprecian la sabiduría y la enseñanza. Proverbios 1:7. Si no aprendemos a temerle, lo cual consiste de respetarle y honrarle como se lo merece, siempre seremos insensatos, y como tal, no alcanzaremos ninguna gracia de Dios. Así que, ¿Vives sometido a Dios y a Su voluntad para obtener la salvación que El solo puede darte? ¡Qué el Señor les bendiga! John ¡Dios bendiga a Israel!

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Decisiones y consecuencias - Hechos 26:24-32

Basado en Hechos 26:24-32 (Versión Reina Valera 1960)

Diciendo él estas cosas en su defensa, Festo a gran voz dijo: Estás loco, Pablo; las muchas letras te vuelven loco. Mas él dijo: No estoy loco, excelentísimo Festo, sino que hablo palabras de verdad y de cordura. Pues el rey sabe estas cosas, delante de quien también hablo con toda confianza. Porque no pienso que ignora nada de esto; pues no se ha hecho esto en algún rincón. ¿Crees, oh rey Agripa, a los profetas? Yo sé que crees. Entonces Agripa dijo a Pablo: Por poco me persuades a ser cristiano. Y Pablo dijo: ¡Quisiera Dios que por poco o por mucho, no solamente tú, sino también todos los que hoy me oyen, fueseis hechos tales cual yo soy, excepto estas cadenas! Cuando había dicho estas cosas, se levantó el rey, y el gobernador, y Berenice, y los que se habían sentado con ellos; y cuando se retiraron aparte, hablaban entre sí, diciendo: Ninguna cosa digna ni de muerte ni de prisión ha hecho este hombre. Y Agripa dijo a Festo: Podía este hombre ser puesto en libertad, si no hubiera apelado a César.

Si una persona hace la voluntad de Dios, ¿Le saldrá todo bien en este mundo? ¿Le salen las cosas mal a una persona porque no tiene suficiente fe o porque desobedeció a Dios? ¿Dios tiene favoritos y es por eso que a algunos les va mejor que a otros? ¿Es señal de obediencia y bendición cuando a una persona le salen bien las cosas, como también, es señal de desobediencia y de castigo cuando salen mal las cosas? ¿Pablo se equivocó en apelar a Cesar? ¿Era la voluntad de Dios que Pablo muriera, o fue a consecuencia de una mala decisión? Todo en esta vida envuelve decisiones y consecuencias. Hay decisiones que traen buenas consecuencias, y hay decisiones que traen malas consecuencias. Y hay decisiones que afectan nuestra vida aquí en este mundo, y hay decisiones que impactan nuestra eternidad. ¿Qué es lo que realmente debiera importar?

Para comenzar, responderemos a las preguntas en base a lo que entendemos en la Palabra de Dios, porque las circunstancias y las consecuencias no deben ser lo que dicta lo que está bien o mal, sino más bien, lo que dice Dios. Entendemos a través de los hechos escritos en la Palabra que el hacer la voluntad de Dios no garantiza un buen resultado en este mundo. Tenemos a los profetas que hasta representaron a Dios en este mundo, y a la gran mayoría de ellos, les fue muy mal, humanamente hablando. Ellos fueron maltratados por su propia gente, y no eran ni ricos ni prósperos, sino todo lo contrario. Juan el Bautista, el mayor de los profetas vivió muy pobremente y murió decapitado por decir la verdad. De esta misma manera, podemos entender que la fe no necesariamente tiene algo que ver de cómo van las cosas en el aquí y ahora. Los profetas tenían tal fe que hasta conversaban con Dios, y ¿para qué hablar de los increíbles prodigios que Dios hacia a través de ellos? Esto dice la Palabra sobre la fe: Otros experimentaron vituperios y azotes, y a más de esto prisiones y cárceles. Fueron apedreados, aserrados, puestos a prueba, muertos a filo de espada; anduvieron de acá para allá cubiertos de pieles de ovejas y de cabras, pobres, angustiados, maltratados; de los cuales el mundo no era digno; errando por los desiertos, por los montes, por las cuevas y por las cavernas de la tierra. Y todos estos, aunque alcanzaron buen testimonio mediante la fe, no recibieron lo prometido; proveyendo Dios alguna cosa mejor para nosotros, para que no fuesen ellos perfeccionados aparte de nosotros. Hebreos 11:36-40. También entendemos a través de la Palabra que Dios no necesariamente tiene favoritos, por decir, sino que, los que agradan a Dios encuentran favor ante El, pero como ya vimos, eso no quiere decir que todo les va a ir bien, como le paso a Abraham, a Jose, a David, a los apóstoles, y a tantos otros. Leemos que a pesar de que Esteban era casi como un ángel y vió al Señor en el cielo sentado a la diestra del Padre, murió apedreado, y todo por decir la verdad.

Ahora, ¿fue un error de Pablo apelar a Cesar? Lo más esencial que debemos entender es que las decisiones más acertadas son las que se ven los beneficios a largo plazo y no en lo inmediato. Al momento, le hubiera convenido a Pablo no haber apelado a Cesar, pero al ver el trascurrir del tiempo en la vida de Pablo a raíz de esa decisión, Dios lo uso grandemente porque pudo estar en lugares y hacer cosas que no hubiera hecho si hubiera tomado otra decisión. Fue de tal bendición, por lo tanto, la voluntad de Dios, que hasta hoy tenemos el provecho más grande de lo que decidió Pablo, porque Pablo escribió mucho de lo que tenemos hoy en la Biblia desde su arresto y hasta su muerte. Dios uso hasta la cárcel y la tribulación en la vida de Pablo para producir las bendiciones más grandes que tenemos hoy, cientos de años después de los hechos.

Y, ¿Por qué Pablo pudo ser tan acertado? Pablo siempre estaba mirando hacia adelante, hacia el futuro, lo que viene después de este mundo temporal y pasajero. Pablo no estaba pesando, por decir, sus circunstancias al presente como más importantes que el futuro venidero. ¿En qué pensaba Pablo, y en que debemos pensar más todos nosotros, si deseamos conseguir la vida eterna y las recompensas eternas de Dios? Debemos siempre pensar en la opinión de Dios y en Su gran juicio al final donde todo lo que hacemos aquí será visto y juzgado no según nuestras opiniones, ni aún menos, según las opiniones del mundo y la sociedad, sino según el estándar de Dios. Y esto debe poner en perspectiva lo que realmente nos debe interesar, si somos sabios. Esto dice la Palabra: De manera que cada uno de nosotros dará a Dios cuenta de sí. Romanos 14:12. Por tanto procuramos también, o ausentes o presentes, serle agradables. Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo. Conociendo, pues, el temor del Señor, persuadimos a los hombres… 2 Corintios 5:9-11a. Finalmente, Pablo buscaba solo hacer la voluntad del Padre porque sabía que iba ser juzgado solo en base a eso y por nada más. Entonces, si esto es lo único que realmente importa, ¿debemos darle tanto valor a todo lo demás, especialmente a este mundo, al bienestar, a la comodidad, a todo lo que busca el hombre que no conoce a Dios? No. Si nos va bien o mal aquí y ahora, debe comenzar a ser irrelevante. Esto mismo enseño el Señor de cómo debemos orar: Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. Mateo 6:9-10. Y esto también enseño: No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Mateo 7:21. En esto tenía la mira Pablo, y también debemos tener la misma meta: Porque ninguno de nosotros vive para sí, y ninguno muere para sí. Pues si vivimos, para el Señor vivimos; y si morimos, para el Señor morimos. Así pues, sea que vivamos, o que muramos, del Señor somos. Porque Cristo para esto murió y resucitó, y volvió a vivir, para ser Señor así de los muertos como de los que viven. Romanos 14:7-9. Nuestras decisiones, hasta las más pequeñas, deben siempre contemplar la voluntad de Dios y lo que El desea que hagamos, sin importar las circunstancias o las consecuencias, porque todo en este mundo terminará algún día, pero los que buscamos hacer la voluntad del Padre, viviremos para siempre disfrutando del fruto de nuestros hechos, si decidimos correctamente ante los ojos de Dios. El que busca hacer su propia voluntad en este mundo perderá su alma (garantizado), no importa la fe que profese tener. Así que, ¿Decides por Cristo y por hacer la voluntad del Padre, sin contemplar las consecuencias que se pudieran sufrir ahora? ¡Qué el Señor les bendiga! John ¡Dios bendiga a Israel!

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El necio - Proverbios 26:1-12

Basado en Proverbios 26:1-12 (Versión Reina Valera 1960)

Como no conviene la nieve en el verano, ni la lluvia en la siega, así no conviene al necio la honra. Como el gorrión en su vagar, y como la golondrina en su vuelo, así la maldición nunca vendrá sin causa. El látigo para el caballo, el cabestro para el asno, y la vara para la espalda del necio. Nunca respondas al necio de acuerdo con su necedad, para que no seas tú también como él. Responde al necio como merece su necedad, para que no se estime sabio en su propia opinión. Como el que se corta los pies y bebe su daño, así es el que envía recado por mano de un necio. Las piernas del cojo penden inútiles; así es el proverbio en la boca del necio. Como quien liga la piedra en la honda, así hace el que da honra al necio. Espinas hincadas en mano del embriagado, tal es el proverbio en la boca de los necios. Como arquero que a todos hiere, es el que toma a sueldo insensatos y vagabundos. Como perro que vuelve a su vómito, así es el necio que repite su necedad. ¿Has visto hombre sabio en su propia opinión? Más esperanza hay del necio que de él.

La necedad o el necio es mencionado mucho en este pasaje. Enseña que no conviene la honra al necio. Dice que la vara o el castigo es para el necio. Dice que debemos responderle al necio como merece su necedad. Advierte que no debemos confiar nuestra comunicación a través de un necio. También dice que el proverbio o pensamientos sabios no sirven de nada en la boca del necio, y que son como espinas hincadas o enterradas en la mano del borracho. Y finalmente, compara las necedades repetidas como el vomito de un perro. Por lo tanto, deberíamos poder entender a través de lo escrito que nada bueno se saca de la necedad. Toda necedad es mala y hasta repulsiva ante Dios.

Entonces, ¿Qué define a una persona como necia? La Biblia dice esto: Dice el necio en su corazón: No hay Dios. Se han corrompido, e hicieron abominable maldad; no hay quien haga bien. Dios desde los cielos miró sobre los hijos de los hombres, para ver si había algún entendido que buscara a Dios. Cada uno se había vuelto atrás; todos se habían corrompido; no hay quien haga lo bueno, no hay ni aun uno. Salmo 53:1-3. Así que, el necio es la persona que cree en su corazón que no hay Dios y la necedad que hace como resultado o el producto de esa incredulidad es la maldad. Notemos el siguiente detalle: Dice el necio en su corazón: No hay Dios. ¿Cuál es la importancia de esto? Que, en el centro de la persona, en su intimidad, escondido e invisible a los demás, esto es lo que realmente cree. Puede que proclame tener fe en Dios, y puede que no todo lo que haga es necedad o maldad, pero dentro de sí existe tal incredulidad. Y esto dice la Palabra al respecto: Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá? Yo Jehová, que escudriño la mente, que pruebo el corazón, para dar a cada uno según su camino, según el fruto de sus obras. Jeremías 17:9-10. Las personas pueden tratar de engañar a los que lo rodean, y hasta a sí mismo, pero es imposible engañar a Dios porque Dios todo lo ve y lo sabe. Y, ¿Qué importancia tiene esto? Que Dios, como el dueño y Señor que es de todo, un día va a juzgar a todo ser humano, sin excepción, tanto por lo que hace como por lo que tiene dentro de su corazón. Esto dice la Palabra: Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de delante del cual huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar se encontró para ellos. Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras. Y el mar entregó los muertos que había en él; y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos; y fueron juzgados cada uno según sus obras. Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda. Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego. Apocalipsis 20:11-15. Y para los que creen que nosotros los cristianos no seremos juzgados, esto dice la Palabra: Por tanto procuramos también, o ausentes o presentes, serle agradables. Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo. Conociendo, pues, el temor del Señor, persuadimos a los hombres… 2 Corintios 5:9-11a. Todos, tanto el incrédulo como el creyente, el necio como el sabio, seremos juzgados por nuestros hechos e intenciones. ¿Por qué? Porque Dios así lo ha establecido, no importa cuanto el necio quiera creer otra cosa. Dios ha decretado tal cosa como la responsabilidad como resultado del libre albedrio que le ha otorgado al hombre.

Dios nos enseña que El es el que establece en la tierra toda autoridad, como la autoridad que El es, y por lo tanto debemos respetarlas, nos guste o no, estemos de acuerdo o no, y él que se rebela en contra de ellas están yendo en contra de Dios mismo. Escrito esta: Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas. De modo que quien se opone a la autoridad, a lo establecido por Dios resiste; y los que resisten, acarrean condenación para sí mismos. Porque los magistrados no están para infundir temor al que hace el bien, sino al malo. ¿Quieres, pues, no temer la autoridad? Haz lo bueno, y tendrás alabanza de ella; porque es servidor de Dios para tu bien. Pero si haces lo malo, teme; porque no en vano lleva la espada, pues es servidor de Dios, vengador para castigar al que hace lo malo. Por lo cual es necesario estarle sujetos, no solamente por razón del castigo, sino también por causa de la conciencia. Pues por esto pagáis también los tributos, porque son servidores de Dios que atienden continuamente a esto mismo. Pagad a todos lo que debéis: al que tributo, tributo; al que impuesto, impuesto; al que respeto, respeto; al que honra, honra. Romanos 13:1-7. Por lo tanto, Dios ve como necio al que desafía la autoridad. Podrán decir: Están equivocadas las autoridades, o están mal. Y puede que sea así, pero dos males no hacen un bien, y Dios juzgará a toda persona por lo que hace, no importan las circunstancias. Tengan en mente que cuando Pablo, inspirado por el Espíritu Santo escribió este pasaje a los Romanos, estaba Cesar Nerón en el poder, uno de los emperadores más crueles y malos del Imperio Romano, el cual persiguió y mato a muchos cristianos. Así que, si Dios demandaba respeto a las autoridades durante tal reinado, ¿Qué quedara para nosotros?

El fin del asunto es: Dios sí existe, y sí juzgará todas las cosas al final de todo, por lo tanto, no debemos tener puestos nuestros ojos tanto en este mundo temporal, pasajero, y corrompido. Debiéramos ser sabios y siempre pensar en el día del juicio que está muy cerca, y que opinión Dios tiene de nosotros. Para evitar la necedad, debemos seguir esto: El principio de la sabiduría es el temor de Jehová; los insensatos desprecian la sabiduría y la enseñanza. Proverbios 1:7. Todos sabemos que Dios existe y no tenemos ninguna excusa con pensar otra cosa, como también está escrito: Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa. Romanos 1:20. Por lo tanto, aférrate a la gracia de Dios, arrepiéntete de todos tus pecados, cree en el Señor Jesucristo como lo que es: Dios; y busca ser hallado sabio ante El, porque al final, serás juzgado por El. El sabio busca ser aprobado por Dios, pero el necio trae sobre si su propia condena eterna. Así que, ¿Eres sabio o eres necio? ¡Qué el Señor les bendiga! John ¡Dios bendiga a Israel!

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Buscando a Dios - Salmo 88

Basado en Salmo 88 (Versión Reina Valera 1960)

Oh Jehová, Dios de mi salvación, día y noche clamo delante de ti. Llegue mi oración a tu presencia; inclina tu oído a mi clamor. Porque mi alma está hastiada de males, y mi vida cercana al Seol. Soy contado entre los que descienden al sepulcro; soy como hombre sin fuerza, abandonado entre los muertos, como los pasados a espada que yacen en el sepulcro, de quienes no te acuerdas ya, y que fueron arrebatados de tu mano. Me has puesto en el hoyo profundo, en tinieblas, en lugares profundos. Sobre mí reposa tu ira, y me has afligido con todas tus ondas. Selah. Has alejado de mí mis conocidos; me has puesto por abominación a ellos; encerrado estoy, y no puedo salir. Mis ojos enfermaron a causa de mi aflicción; te he llamado, oh Jehová, cada día; he extendido a ti mis manos. ¿Manifestarás tus maravillas a los muertos? ¿Se levantarán los muertos para alabarte? Selah. ¿Será contada en el sepulcro tu misericordia, o tu verdad en el Abadón? ¿Serán reconocidas en las tinieblas tus maravillas, y tu justicia en la tierra del olvido? Mas yo a ti he clamado, oh Jehová, y de mañana mi oración se presentará delante de ti. ¿Por qué, oh Jehová, desechas mi alma? ¿Por qué escondes de mí tu rostro? Yo estoy afligido y menesteroso; desde la juventud he llevado tus terrores, he estado medroso. Sobre mí han pasado tus iras, y me oprimen tus terrores. Me han rodeado como aguas continuamente; a una me han cercado. Has alejado de mí al amigo y al compañero, y a mis conocidos has puesto en tinieblas.

Diferente a la gran mayoría de los Salmos, este no fue escrito por David sino por Hemán ezraíta. ¿Quién era este hombre? Se cree que Hemán era descendiente de Levi, uno de los nietos del profeta Samuel. El rey David lo hizo uno de los tres músicos principales para dirigir la adoración musical en el templo, dirigiendo el coro del templo y experto en muchos instrumentos. El era reconocido como un profeta, el cual David consultaba. El también era conocido por su sabiduría, y cuenta la historia que su sabiduría era comparable a la de Salomon. Este hombre no era cualquier persona, sino alguien muy especial por su familia, por sus dones y habilidades, y por su servicio a Dios y a su nación.

No obstante, este Salmo que escribió Hemán es uno de los Salmos que más expresa lamentación, soledad y sufrimiento, describiendo un tiempo donde se siente abandonado por Dios, por sus amigos, y conocidos. Y uno podría decir, si este hombre era tan especial ¿Cómo pudo sentirse de esa manera? Las razones por lo cual escribió el Salmo no son conocidas del todo, por lo tanto, solo podemos guiarnos por el Espíritu y discernir. Por lo que leemos, Hemán habla de los terrores y las iras de Dios, así que, podemos asumir que algo paso en su vida donde él siente que el dolor que experimentó es consecuencia de algún o algunos males que hizo ante Dios, porque todos sus males los atribuye a Dios. Y si era hombre sabio, no estaba culpando a Dios de balde, sino que pudieran haber surgido algunas razones.

Ahora bien, ¿podemos decir que las personas que pasan males o tienen sufrimientos son peores o más malos que los otros? La Biblia responde de esta manera: Todo acontece de la misma manera a todos; un mismo suceso ocurre al justo y al impío; al bueno, al limpio y al no limpio; al que sacrifica, y al que no sacrifica; como al bueno, así al que peca; al que jura, como al que teme el juramento. Este mal hay entre todo lo que se hace debajo del sol, que un mismo suceso acontece a todos… Eclesiastés 9:2-3a. Entonces podemos concluir que al que le sale todo bien, por decir, no es mejor o tiene más favor de Dios que la persona que vive grandes sufrimientos, y esto difiere con algunas malas enseñanzas que hay hoy. Las supuestas bendiciones no necesariamente son producto de buena conducta o favor delante de Dios, ni tampoco la enfermedad o el sufrimiento personal son necesariamente consecuencias del pecado directo de una persona. Si lo ponemos a la escala de Dios (la única escala que importa), todos somos pecadores, hasta los que hemos llegado a Cristo y recibimos Su perdón, porque mientras estemos en este estado carnal, seguiremos pecando hasta el día que muramos. Unos más y otros menos, pero todos seguimos pecando, por lo tanto, delante de Dios, no hay nadie mejor. Y porque a una persona le va mejor que a otra, tampoco no es necesariamente un asunto de falta de fe, como muchos creen erróneamente hoy. Esto leemos: ¿Y qué más digo? Porque el tiempo me faltaría contando de Gedeón, de Barac, de Sansón, de Jefté, de David, así como de Samuel y de los profetas; que por fe conquistaron reinos, hicieron justicia, alcanzaron promesas, taparon bocas de leones, apagaron fuegos impetuosos, evitaron filo de espada, sacaron fuerzas de debilidad, se hicieron fuertes en batallas, pusieron en fuga ejércitos extranjeros. Las mujeres recibieron sus muertos mediante resurrección; mas otros fueron atormentados, no aceptando el rescate, a fin de obtener mejor resurrección. Otros experimentaron vituperios y azotes, y a más de esto prisiones y cárceles. Fueron apedreados, aserrados, puestos a prueba, muertos a filo de espada; anduvieron de acá para allá cubiertos de pieles de ovejas y de cabras, pobres, angustiados, maltratados; de los cuales el mundo no era digno; errando por los desiertos, por los montes, por las cuevas y por las cavernas de la tierra. Y todos estos, aunque alcanzaron buen testimonio mediante la fe, no recibieron lo prometido; proveyendo Dios alguna cosa mejor para nosotros, para que no fuesen ellos perfeccionados aparte de nosotros. Hebreos 11:32-40. Entonces, nos debe quedar muy claro el asunto de que nuestras condiciones al presente, buenas o malas, no son necesariamente señal ni de bendición ni de castigo.

Algunos pueden alegar, ¿Qué saco yo entonces con creer y seguir a Dios fielmente si me puede ir mal? ¿De qué sirve si a lo mejor me puede ir hasta peor que a los demás? Nuestros sufrimientos siempre son a raíz del pecado, sea por nuestros hechos directos, o por el pecado ambiental (por decir), porque vivimos en un mundo corrompido. Y es posible que Dios cambie nuestras circunstancias para mejor, sea por nuestro arrepentimiento o por Su bondad, como también, puede que todo siga igual, o hasta peor a pesar de nuestra fidelidad a Dios (y tenemos a los Apóstoles como ejemplo). Y con esto no digo que no se pida por ayuda. ¡Ora por la ayuda de Dios con fe, sea cual sea tu situación, como lo hizo Hemán! Pero, lo que más le importa a Dios es lo que decidimos hacer dentro de nuestras circunstancias aquí y ahora, si buscamos seguir arrepintiéndonos, si buscamos Su voluntad, a pesar de las circunstancias. Aquí es donde la buena obra o el hacer la voluntad de Dios tiene todo el sentido del mundo. Escrito esta: Por tanto procuramos también, o ausentes o presentes, serle agradables. Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo. Conociendo, pues, el temor del Señor, persuadimos a los hombres… 2 Corintios 5:9-11a. Por eso que importa lo que hacemos aquí y ahora, especialmente dentro de las dificultades, y a raíz de nuestra fe. Todos daremos cuenta ante Dios. Y también dice: …porque a todo aquel a quien se haya dado mucho, mucho se le demandará; y al que mucho se le haya confiado, más se le pedirá. Lucas 12:48a. A Dios le importa lo que hacemos, especialmente después de venir a Cristo. Todos fuimos creados, hechos, y salvos por Cristo para servirle, sea cual sea nuestra condición, y especialmente si Dios nos ha dado más que a otros. Con toda bendición hay responsabilidad, y hay gran recompensa cuando somos fieles en el dolor. Así que, ¿Buscás a Dios para hacer Su voluntad? ¡Qué el Señor les bendiga! John ¡Dios bendiga a Israel!

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Cuidado con doctrinas destructivas - 2 Pedro 2

Basado en 2 Pedro 2 (Versión Reina Valera 1960)

Pero hubo también falsos profetas entre el pueblo, como habrá entre vosotros falsos maestros, que introducirán encubiertamente herejías destructoras, y aun negarán al Señor que los rescató, atrayendo sobre sí mismos destrucción repentina. Y muchos seguirán sus disoluciones, por causa de los cuales el camino de la verdad será blasfemado, y por avaricia harán mercadería de vosotros con palabras fingidas. Sobre los tales ya de largo tiempo la condenación no se tarda, y su perdición no se duerme. Porque si Dios no perdonó a los ángeles que pecaron, sino que arrojándolos al infierno los entregó a prisiones de oscuridad, para ser reservados al juicio; y si no perdonó al mundo antiguo, sino que guardó a Noé, pregonero de justicia, con otras siete personas, trayendo el diluvio sobre el mundo de los impíos; y si condenó por destrucción a las ciudades de Sodoma y de Gomorra, reduciéndolas a ceniza y poniéndolas de ejemplo a los que habían de vivir impíamente, y libró al justo Lot, abrumado por la nefanda conducta de los malvados (porque este justo, que moraba entre ellos, afligía cada día su alma justa, viendo y oyendo los hechos inicuos de ellos), sabe el Señor librar de tentación a los piadosos, y reservar a los injustos para ser castigados en el día del juicio; y mayormente a aquellos que, siguiendo la carne, andan en concupiscencia e inmundicia, y desprecian el señorío. Atrevidos y contumaces, no temen decir mal de las potestades superiores, mientras que los ángeles, que son mayores en fuerza y en potencia, no pronuncian juicio de maldición contra ellas delante del Señor. Pero estos, hablando mal de cosas que no entienden, como animales irracionales, nacidos para presa y destrucción, perecerán en su propia perdición, recibiendo el galardón de su injusticia, ya que tienen por delicia el gozar de deleites cada día. Estos son inmundicias y manchas, quienes aun mientras comen con vosotros, se recrean en sus errores. Tienen los ojos llenos de adulterio, no se sacian de pecar, seducen a las almas inconstantes, tienen el corazón habituado a la codicia, y son hijos de maldición. Han dejado el camino recto, y se han extraviado siguiendo el camino de Balaam hijo de Beor, el cual amó el premio de la maldad, y fue reprendido por su iniquidad; pues una muda bestia de carga, hablando con voz de hombre, refrenó la locura del profeta. Estos son fuentes sin agua, y nubes empujadas por la tormenta; para los cuales la más densa oscuridad está reservada para siempre. Pues hablando palabras infladas y vanas, seducen con concupiscencias de la carne y disoluciones a los que verdaderamente habían huido de los que viven en error. Les prometen libertad, y son ellos mismos esclavos de corrupción. Porque el que es vencido por alguno es hecho esclavo del que lo venció. Ciertamente, si habiéndose ellos escapado de las contaminaciones del mundo, por el conocimiento del Señor y Salvador Jesucristo, enredándose otra vez en ellas son vencidos, su postrer estado viene a ser peor que el primero. Porque mejor les hubiera sido no haber conocido el camino de la justicia, que después de haberlo conocido, volverse atrás del santo mandamiento que les fue dado. Pero les ha acontecido lo del verdadero proverbio: El perro vuelve a su vómito, y la puerca lavada a revolcarse en el cieno.

Ya llevamos mucho tiempo con el cumplimiento de esta profecía, el asunto de las malas doctrinas en la mayoría de nuestras iglesias, cosas que suenan como verdad, pero que llevan muy sutilmente a la perdición eterna. Y si no tenemos cuidado con ellas, seremos arrastrados por las mismas, o en lo más mínimo, seremos cómplices. Y para Dios, el cómplice es tan culpable como el que hace el mal, como está escrito: Quienes habiendo entendido el juicio de Dios, que los que practican tales cosas son dignos de muerte, no solo las hacen, sino que también se complacen con los que las practican. Romanos 1:32.

Para comenzar, hay que entender lo que realmente es el Evangelio o la sana doctrina para saber detectar la mala doctrina. Hay tres cosas fundamentales que forman parte del Evangelio, lo cual son: 1) Una persona tiene que arrepentirse y convertirse de todos sus pecados (Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio, y él envíe a Jesucristo, que os fue antes anunciado. Hechos 3:19-20), 2) tiene que aceptar y recibir al Señor Jesús como su efectivo y literal Señor (Mas ¿qué dice? Cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón. Esta es la palabra de fe que predicamos: que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Romanos 10:8-9), y tiene que vivir para hacer la voluntad del Señor (Pues si vivimos, para el Señor vivimos; y si morimos, para el Señor morimos. Así pues, sea que vivamos, o que muramos, del Señor somos. Porque Cristo para esto murió y resucitó, y volvió a vivir, para ser Señor así de los muertos como de los que viven. Romanos 14:8-9. No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Mateo 7:21) Este es el Evangelio. Estas cosas son los que nos dan acceso a la vida y las recompensas eternas a través del Señor Jesucristo. Y cualquier cosa que se desvíe de estas cosas forman parte de estas doctrinas destructivas.

Ahora bien, algunos pueden alegar que hay enseñanzas que están basadas en las Escrituras, por lo tanto, no pueden estar erradas. Y el asunto es que el diablo trata de usar ciertas partes de la Palabra para tentarnos. Si trató de tentar al propio Hijo de Dios con Su propia Palabra, ¿cómo no lo va a hacer con nosotros? Sí, es verdad que corto, añadió, e hizo distintas cosas con el pasaje que usó con el Señor, pero, no obstante, eran partes de las Escrituras. Y ¿a qué apela el diablo para poder tentarnos, hasta usando lo sagrado? El trata de apelar a nuestro lado pecaminoso. Por ejemplo, ¿A quién le gusta admitir sus pecados, y a tener que cambiar de estilo de vida para seguir al Señor? Casi a nadie. La gran mayoría quieren llegar al cielo, pero sin dejar el pecado. Por eso que algunas falsas doctrinas te dicen que Dios te acepta tal como tú eres, y que no hay necesidad de arrepentimiento y que solo tienes que creer. Otra cosa es: ¿No desea la mayoría que su voluntad sea hecha en vez de la de Dios? Por eso mismo te dicen: Dios quiere hacerte feliz, y quiere concederte los deseos de tu corazón, como el buen Padre que es. Y sí, podemos pedirle ayuda al Señor, pero siempre sujetos a una cosa, como oró el Señor diciendo: Hagase Tu voluntad... Dios no es nuestro siervo, por lo tanto, no debemos tratarlo como tal. Y también te dicen: Si las obras no te podían salvar, entonces, tampoco importan después de recibir a Cristo. Y el problema con esto es que esta enseñanza invalida todo el propósito por el cual el Señor te creo y después, te salvó. Somos salvos para buenas obras, para hacer Su voluntad. Esto enseña la Palabra: Por tanto procuramos también, o ausentes o presentes, serle agradables. Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo. 2 Corintios 5:9-10. La sana doctrina es para tu salvación. Por lo tanto, si deseas obtener lo que Dios tiene reservado solo para aquellos que escogen amarle; por tu propio bien, reten la sana doctrina y desecha todo lo demás, apartándote de los que toman la piedad como fuente de ganancia para evitar ser cómplice de ellos (1 Timoteo 6:5). Así que, ¿Estás siguiendo la sana doctrina para salvación u otras cosas que suenan como verdad que te llevarán a la perdición eterna? ¡Qué el Señor les bendiga! John ¡Dios bendiga a Israel!

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La salvación de Dios es para aquellos que desean la salvación - Hechos 28:11-31

Basado en Hechos 28:11-31 (Versión Reina Valera 1960)

Pasados tres meses, nos hicimos a la vela en una nave alejandrina que había invernado en la isla, la cual tenía por enseña a Cástor y Pólux. Y llegados a Siracusa, estuvimos allí tres días. De allí, costeando alrededor, llegamos a Regio; y otro día después, soplando el viento sur, llegamos al segundo día a Puteoli, donde habiendo hallado hermanos, nos rogaron que nos quedásemos con ellos siete días; y luego fuimos a Roma, de donde, oyendo de nosotros los hermanos, salieron a recibirnos hasta el Foro de Apio y las Tres Tabernas; y al verlos, Pablo dio gracias a Dios y cobró aliento. Cuando llegamos a Roma, el centurión entregó los presos al prefecto militar, pero a Pablo se le permitió vivir aparte, con un soldado que le custodiase. Aconteció que tres días después, Pablo convocó a los principales de los judíos, a los cuales, luego que estuvieron reunidos, les dijo: Yo, varones hermanos, no habiendo hecho nada contra el pueblo, ni contra las costumbres de nuestros padres, he sido entregado preso desde Jerusalén en manos de los romanos; los cuales, habiéndome examinado, me querían soltar, por no haber en mí ninguna causa de muerte. Pero oponiéndose los judíos, me vi obligado a apelar a César; no porque tenga de qué acusar a mi nación. Así que por esta causa os he llamado para veros y hablaros; porque por la esperanza de Israel estoy sujeto con esta cadena. Entonces ellos le dijeron: Nosotros ni hemos recibido de Judea cartas acerca de ti, ni ha venido alguno de los hermanos que haya denunciado o hablado algún mal de ti. Pero querríamos oír de ti lo que piensas; porque de esta secta nos es notorio que en todas partes se habla contra ella. Y habiéndole señalado un día, vinieron a él muchos a la posada, a los cuales les declaraba y les testificaba el reino de Dios desde la mañana hasta la tarde, persuadiéndoles acerca de Jesús, tanto por la ley de Moisés como por los profetas. Y algunos asentían a lo que se decía, pero otros no creían. Y como no estuviesen de acuerdo entre sí, al retirarse, les dijo Pablo esta palabra: Bien habló el Espíritu Santo por medio del profeta Isaías a nuestros padres, diciendo: Ve a este pueblo, y diles: De oído oiréis, y no entenderéis; y viendo veréis, y no percibiréis; porque el corazón de este pueblo se ha engrosado, y con los oídos oyeron pesadamente, y sus ojos han cerrado, para que no vean con los ojos, y oigan con los oídos, y entiendan de corazón, y se conviertan, y yo los sane. Sabed, pues, que a los gentiles es enviada esta salvación de Dios; y ellos oirán. Y cuando hubo dicho esto, los judíos se fueron, teniendo gran discusión entre sí. Y Pablo permaneció dos años enteros en una casa alquilada, y recibía a todos los que a él venían, predicando el reino de Dios y enseñando acerca del Señor Jesucristo, abiertamente y sin impedimento.

¿Es difícil poder entender las cosas de Dios? ¿Se necesita realmente una gran educación para poder lograr entender la voluntad de Dios? Los principales de los judíos a quienes le habló Pablo no tenían ningún problema de aprendizaje o de falta de educación. Sino todo lo contrario, eran personas muy inteligentes, instruidas con todo el conocimiento de su lenguaje, con pleno entendimiento de la ley y de todo conocimiento humano. Ellos podían hasta recitar la ley de Moisés de memoria. Así que, eran personas excesivamente muy capaces. Entonces, para ellos, no era un problema de falta de entendimiento o de educación. Era otra cosa su asunto, al igual como lo es para la gran mayoría de las personas que tienen problemas con las cosas de Dios. Así que, la respuesta es: no, las cosas de Dios no son difíciles de entender sino lo contrario, muy sencillas, y no se necesita ni gran intelecto, ni gran educación. En realidad, las cosas de Dios son muy sencillas, tanto que aún un niño las puede entender. Esto dice la Palabra: Viéndolo Jesús, se indignó, y les dijo: Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de Dios. De cierto os digo, que el que no reciba el reino de Dios como un niño, no entrará en él. Y tomándolos en los brazos, poniendo las manos sobre ellos, los bendecía. Marcos 10:14-16.

Entonces, ¿Cuál es el problema? ¿Qué es lo que determina si una persona puede o no entender las cosas de Dios? ¿Será acaso el enemigo, el diablo? A través de la Biblia, podemos ver claramente que el enemigo puede afectarnos de algunas maneras como a través de la tentación, al tratar de provocarnos pecar, al tratar de engañarnos, de confundir, y de inspirar miedo y duda. Pero entendemos que estas cosas son cosas exteriores, cosas que no están dentro de nosotros mismos. Así que, él puede tratar de influenciar, pero, en fin, nunca puede obligar a alguien, o a forzar a alguien a hacer algo, aún menos, de quitarnos el poder de la decisión o el libre albedrio. En fin, él no puede tener potestad sobre nosotros, aún cuando una persona está vacía, sin Cristo. Uno pudiera decir: ¿Qué pasa con la persona que esta endemoniada? La única manera que un demonio puede tomar posesión de una persona es a través de algún tipo de lidiar con el ocultismo. Y claro, a la hora que una persona es expuesta a ese mundo por su voluntad, sea por experimentar, o por curiosidad, o por sus padres (como sucedió con el muchacho que sufría desde niño), sí pierde sus facultades de voluntad propia, porque en algún momento fue expuesto o se expuso a ese gran mal. Por eso que hay que tener mucho cuidado y tomar distancia de las cosas que bajan nuestras defensas físicas, y aún peores, espirituales (hablándole hasta al inconverso), porque cuando una persona se mete con cosas que los hace vulnerables como las drogas y el alcohol, como ejemplos, está entrando en el mundo oculto. Todo lo que altera nuestros sentidos hace a una persona vulnerable a lo malo, y la Biblia se refiere a esto como hechicería (no es una opinión, es lo que está escrito).

Así que, ¿Qué es entonces lo que hace al hombre no poder entender, o más bien, escoger rechazar las cosas de Dios? El mal está dentro de sí mismo, su propio pecado, la concupiscencia que contiene su carne y su corazón. Esto dice la Palabra: Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de parte de Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni él tienta a nadie; sino que cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido. Entonces la concupiscencia, después que ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte. Santiago 1:13-15. El verdadero problema, el peor enemigo del hombre es su propia persona. Esto es lo que le estorba, y hace lo sencillo difícil, y lo fácil de comprender incomprensible. Esto también dice la Palabra: Pero decía, que lo que del hombre sale, eso contamina al hombre. Porque de dentro, del corazón de los hombres, salen los malos pensamientos, los adulterios, las fornicaciones, los homicidios, los hurtos, las avaricias, las maldades, el engaño, la lascivia, la envidia, la maledicencia, la soberbia, la insensatez. Todas estas maldades de dentro salen, y contaminan al hombre. Marcos 7:20-23. Entonces, el asunto no se trata de no poder entender lo de Dios, sino más bien, de no querer aceptar lo de Dios, y sencillamente no hay tal aceptación porque hay algo o algunas cosas que una persona no quiere ni traerlas a la luz, ni quiere dejarlas, pero toma la decisión de rechazar, consciente y voluntariamente al Señor y Su Verdad. Finalmente, la persona que desea ser salva sencillamente va a creer, va a obedecer, y a seguir a Cristo cuando recibe como verdad el Evangelio. El que no cree ni obedece a Dios, simplemente no lo desea hacer. Así que, ¿Deseás realmente alcanzar la salvación de Dios para vida eterna, o estás en otras cosas donde solamente encontrarás la perdición eterna? ¡Qué el Señor les bendiga! John ¡Dios bendiga a Israel!

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El peligro con convertirse en religioso - Mateo 26:1-5

Basado en Mateo 26:1-5 (Versión Reina Valera 1960)

Cuando hubo acabado Jesús todas estas palabras, dijo a sus discípulos: Sabéis que dentro de dos días se celebra la pascua, y el Hijo del Hombre será entregado para ser crucificado. Entonces los principales sacerdotes, los escribas, y los ancianos del pueblo se reunieron en el patio del sumo sacerdote llamado Caifás, y tuvieron consejo para prender con engaño a Jesús, y matarle. Pero decían: No durante la fiesta, para que no se haga alboroto en el pueblo.

Dios tiene un grave problema con la religiosidad y claro, por razones muy prácticas y justas. Cuando una persona sigue más bien una religión, el asunto se convierte más en prácticas y ritos que en lo que Dios realmente desea, una relación íntima y genuina. La intención de Dios nunca ha sido de darle una lista de reglas al hombre con el fin de darle algo que hacer y nada más, sino algo mucho más allá, de poder disfrutar una relación estrecha y personal con cada uno de nosotros. Y Dios solo nombra las cosas como mandamientos o preceptos para poder dar instrucción, como lo que debe hacer un padre con un hijo. La instrucción de Dios es sinónima con su amor, porque El nos desea lo mejor.

El Señor no tuvo ninguna contemplación con la religiosidad. El demostró Su misericordia para con el pecador, aún con aquellos que eran detestables en la sociedad, con la prostituta, con el endemoniado, y hasta con el ladrón. Pero cuando trataba con los religiosos, tan sencillamente no los podía tolerar. Esto por ejemplo leemos: Luego que hubo hablado, le rogó un fariseo que comiese con él; y entrando Jesús en la casa, se sentó a la mesa. El fariseo, cuando lo vio, se extrañó de que no se hubiese lavado antes de comer. Pero el Señor le dijo: Ahora bien, vosotros los fariseos limpiáis lo de fuera del vaso y del plato, pero por dentro estáis llenos de rapacidad y de maldad. Necios, ¿el que hizo lo de fuera, no hizo también lo de adentro? Pero dad limosna de lo que tenéis, y entonces todo os será limpio. Mas ¡ay de vosotros, fariseos! que diezmáis la menta, y la ruda, y toda hortaliza, y pasáis por alto la justicia y el amor de Dios. Esto os era necesario hacer, sin dejar aquello. ¡Ay de vosotros, fariseos! que amáis las primeras sillas en las sinagogas, y las salutaciones en las plazas. ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! que sois como sepulcros que no se ven, y los hombres que andan encima no lo saben. Respondiendo uno de los intérpretes de la ley, le dijo: Maestro, cuando dices esto, también nos afrentas a nosotros. Y él dijo: ¡Ay de vosotros también, intérpretes de la ley! porque cargáis a los hombres con cargas que no pueden llevar, pero vosotros ni aun con un dedo las tocáis. ¡Ay de vosotros, que edificáis los sepulcros de los profetas a quienes mataron vuestros padres! De modo que sois testigos y consentidores de los hechos de vuestros padres; porque a la verdad ellos los mataron, y vosotros edificáis sus sepulcros. Por eso la sabiduría de Dios también dijo: Les enviaré profetas y apóstoles; y de ellos, a unos matarán y a otros perseguirán, para que se demande de esta generación la sangre de todos los profetas que se ha derramado desde la fundación del mundo, desde la sangre de Abel hasta la sangre de Zacarías, que murió entre el altar y el templo; sí, os digo que será demandada de esta generación. !Ay de vosotros, intérpretes de la ley! porque habéis quitado la llave de la ciencia; vosotros mismos no entrasteis, y a los que entraban se lo impedisteis. Lucas 11:37-52.

¿Cuál es en fin, el problema que tiene Dios con la religiosidad? Que va mano en mano con la hipocresía. Esto también está escrito: Respondiendo él, les dijo: Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías, como está escrito: Este pueblo de labios me honra, Mas su corazón está lejos de mí. Pues en vano me honran, Enseñando como doctrinas mandamientos de hombres. Porque dejando el mandamiento de Dios, os aferráis a la tradición de los hombres: los lavamientos de los jarros y de los vasos de beber; y hacéis otras muchas cosas semejantes. Les decía también: Bien invalidáis el mandamiento de Dios para guardar vuestra tradición. Porque Moisés dijo: Honra a tu padre y a tu madre; y: El que maldiga al padre o a la madre, muera irremisiblemente. Pero vosotros decís: Basta que diga un hombre al padre o a la madre: Es Corbán (que quiere decir, mi ofrenda a Dios) todo aquello con que pudiera ayudarte, y no le dejáis hacer más por su padre o por su madre, invalidando la palabra de Dios con vuestra tradición que habéis transmitido. Y muchas cosas hacéis semejantes a estas. Marcos 7:6-13. Este es el más grave problema con la religiosidad, porque sencillamente inspira solo una hipocresía muy profunda que se arraiga hasta el alma del hombre, y convierte lo santo en profano, y la vida en muerte. Se pierde todo el enfoque que Dios desea. Y se toman las cosas de Dios para dar solo la apariencia de algo bueno, tal como lo hace el propio Satanás, que toma la forma de ángel para vender la perdición.

Ahora bien, uno puede tratar de apuntar el dedo a los fariseos y escribas, y decir que la mayoría de ellos eran malos. Y sí, no sería mentira, porque hubo solo dos de los que sabemos que no consintieron ser parte del complot en contra del Señor, los cuales fueron Nicodemo y Jose de Arimatea. Pero ¿Qué ganaban estos principales sacerdotes, escribas, y ancianos del pueblo preocuparse tanto por la pascua y por el pueblo si estaban planeando como matar a Dios mismo? Uno puede decir: Ellos no sabían que era Dios. La verdad es que a ellos no le importaba quien era, ni Sus hechos, ni Su enseñanza, ni las profecías cumplidas en El, todo lo que lo proclamaba ser el Mesías. Ellos lo único que sabían y lo que les importaba era que le tenían envidia, como está escrito: Y Pilato les respondió diciendo: ¿Queréis que os suelte al Rey de los judíos? Porque conocía que por envidia le habían entregado los principales sacerdotes. Marcos 15:9-10. El problema está en que cualquier persona puede adoptar la misma actitud que ellos cuando toma las cosas de Dios para solo aparentar algo, pero dentro de sus corazones, están muy lejos de Dios. La gran mayoría de los supuestos creyentes hoy en día crean su propia religión personal, en vez de buscar hacer lo que Dios quiere, lo que el Señor mismo reitero como lo más importante de todo: Jesús le respondió: El primer mandamiento de todos es: Oye, Israel; el Señor nuestro Dios, el Señor uno es. Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento. Marcos 12:29-30. Si esto no es el todo de nuestra vida como está escrito, también correremos el riesgo de ser como estos mismos religiosos, que, en vez de apoyar las cosas de Dios, van totalmente en contra de Dios, y también de perdernos como ellos. ¿Que enseña la Palabra? Si yo hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo amor, vengo a ser como metal que resuena, o címbalo que retiñe. Y si tuviese profecía, y entendiese todos los misterios y toda ciencia, y si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase los montes, y no tengo amor, nada soy. Y si repartiese todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo amor, de nada me sirve. 1 Corintios 13:1-3. El amor de que se habla aquí es del amor al Señor. Si una persona no ama al Señor, todo lo que hace se convierte en religiosidad. Por tanto, siempre hay que ver cuál es nuestra intención, y de cambiar la intención a través del Señor si no es lo que debiera ser, porque Dios todo lo sabe y todo lo juzgará. Así que, ¿Buscas amar al Señor como El se lo merece, o tu razón de existir es otra, la cual solo te llevará a tu perdición? ¡Qué el Señor les bendiga! John ¡Dios bendiga a Israel!

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El sumario de nuestras vidas - Josué 24:29-33

Basado en Josué 24:29-33 (Versión Reina Valera 1960)

Después de estas cosas murió Josué hijo de Nun, siervo de Jehová, siendo de ciento diez años. Y le sepultaron en su heredad en Timnat-sera, que está en el monte de Efraín, al norte del monte de Gaas. Y sirvió Israel a Jehová todo el tiempo de Josué, y todo el tiempo de los ancianos que sobrevivieron a Josué y que sabían todas las obras que Jehová había hecho por Israel. Y enterraron en Siquem los huesos de José, que los hijos de Israel habían traído de Egipto, en la parte del campo que Jacob compró de los hijos de Hamor padre de Siquem, por cien piezas de dinero; y fue posesión de los hijos de José. También murió Eleazar hijo de Aarón, y lo enterraron en el collado de Finees su hijo, que le fue dado en el monte de Efraín.

Josué es probablemente una de las vidas más ejemplares en su testimonio de amar al Señor y de hacer Su voluntad. La Biblia habla de él de una manera única, como leímos hoy. Pero, debemos entender algo. Josué era imperfecto, porque finalmente era un hombre. Y no se escribió todo lo que hizo todos los días de su vida, las 24 horas del día. La Palabra nos dice las cosas generales de Josué. Es más, la Biblia no data todo lo que hizo el Señor mismo mientras estuvo aquí en la tierra, por esto mismo escribió el Apóstol Juan: Y hay también otras muchas cosas que hizo Jesús, las cuales si se escribieran una por una, pienso que ni aun en el mundo cabrían los libros que se habrían de escribir. Amén. Juan 21:25. El Señor no solo resucitó a unas pocas personas, sino a muchas más. El Señor no solo sanó a ciertas personas, sino a miles de miles. El Señor no solo liberó a ciertas personas de demonios, sino posiblemente a miles también, porque la Palabra sí habla de que pasaba días enteros haciendo todas estas cosas, y claro, enseñando del reino. Muchas cosas pueden pasar en 24 horas. Así que, el propio Dios inspiro a través del Espíritu Santo a sus santos a escribir lo necesario, tanto como del Señor como de este Josué, especialmente las cosas principales en Josué.  

Ahora bien, ¿A dónde voy con esto? Que se puede suponer que Josué hizo muchas cosas durante el curso de sus ciento diez años, hizo cosas buenas, y como hombre, tiene que haber tenido sus momentos de imperfección. Como también, dentro de toda la responsabilidad que él tenía, también tenía que cuidar de su familia y de todo lo que tiene que ver con eso, como también de cuidar del bienestar de una nación entera que estaba en tiempo de conquista y en formación. Cuando comienzo a pensar todo el diario vivir de Josué, tiene que haber sido algo increíble. Josué tuvo que pelear guerras durante su vida. Dios le daba la victoria, pero, no obstante, tuvo que luchar junto con todo el pueblo. Josué no dirigió al pueblo de la comodidad de una oficina, por decir, o con todas las comodidades de una realeza. Josué tenía que ocuparse de su persona y de todos los demás, y sí, cargar y usar la espada cuando Dios mismo lo mandaba. Josué vivió una vida muy difícil.

Entonces, ¿Qué podemos ver a través de todo esto? Que Dios no necesariamente espera la perfección de nosotros mientras estemos aquí en este mundo temporal. Y que podemos lograr no solamente grandes conquistas, sino aún más importante, hallaremos entrada en Su reino y podremos estar confiados ante Su presencia el día cuando Dios vea el recuento de nuestras vidas, sí hicimos lo que nos correspondía (porque la verdadera fe te lleva a hacer la voluntad de Dios). Lo que Josué hizo no fue un accidente, no fue porque sí, y nada más. Había una intención dentro de Josué mismo, un pensamiento, que también debe haber dentro de todo aquel que profesa creer en Dios, que un día tendremos que dar cuentas, aún los que seguimos al Señor. Nadie está exento del juicio venidero. Porque el mismo Apóstol Pablo escribió esto: Por tanto procuramos también, o ausentes o presentes, serle agradables. Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo. Conociendo, pues, el temor del Señor, persuadimos a los hombres… 2 Corintios 5:9-11a. A Josué sencillamente le importaba lo que Dios pensaba de él, y entendía que Dios estaba mirando todo lo que hacía. Ese es el todo de la vida de Josué, a pesar de sus imperfecciones y debilidades como hombre, lo que resaltó y se escribió en las Sagradas Escrituras fueron los resultados de su fe, porque la fe debe tener hechos. Esto mismo dice la Palabra del padre de la fe, de Abraham, como está escrito: ¿Mas quieres saber, hombre vano, que la fe sin obras es muerta? ¿No fue justificado por las obras Abraham nuestro padre, cuando ofreció a su hijo Isaac sobre el altar? ¿No ves que la fe actuó juntamente con sus obras, y que la fe se perfeccionó por las obras? Y se cumplió la Escritura que dice: Abraham creyó a Dios, y le fue contado por justicia, y fue llamado amigo de Dios. Vosotros veis, pues, que el hombre es justificado por las obras, y no solamente por la fe. Santiago 2:20-24. Abraham y Josué, y todo aquel que está ya en el reino de Dios encontró gracia ante Dios por su fe, y por las obras que tuvo su fe. Porque si tanto Abraham como Josué hubieran quedado con la fe y nada más, y no hubieran hecho nada al respecto, no hubieran hallado entrada en el reino de Dios, como así lo enseña la Biblia.

Algunos puede que digan, ¿Y qué del ladrón de la derecha? Su fe tuvo obra, aunque no lo crean. Si usamos solo un poco de sentido común, veremos la obra que tuvo su fe. ¿El ladrón murió instantes después de su confesión? No. El estuvo horas colgado en esa cruz, sufriendo, y viendo el escarnio y la burla después de su confesión, y claro, viendo al propio Dios que él había confesado, colgado junto con él. ¿No creen que su fe no pudiera haber sido sacudida de la manera más dura al verse en esa situación por horas? El ladrón arrepentido sí tuvo obras como resultado de su fe, y obró más que lo que muchos hacen toda su vida, y Dios mismo se aseguró que su obra quedara escrita para memoria de él, porque el Señor honra a los que le honran.

Volviendo a Josué, ¿Cuál fue la resolución de su vida? Como lo presentan sus mismos hechos: Ahora, pues, temed a Jehová, y servidle con integridad y en verdad; y quitad de entre vosotros los dioses a los cuales sirvieron vuestros padres al otro lado del río, y en Egipto; y servid a Jehová. Y si mal os parece servir a Jehová, escogeos hoy a quién sirváis; si a los dioses a quienes sirvieron vuestros padres, cuando estuvieron al otro lado del río, o a los dioses de los amorreos en cuya tierra habitáis; pero yo y mi casa serviremos a Jehová. Josué 24:14-15. Este era el sentir de Josué: Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es. Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas. Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes. Deuteronomio 6:4-7. Israel no solo sirvió al Señor todos los días de Josué, sino también todos los días de aquellas personas que estuvieron alrededor de Josué, y eso no fue un accidente, sino todo lo contrario, un propósito muy intencional. Si te preocupas de amar al Señor sobre todas las cosas, y buscas hacer Su voluntad como fruto de tu fe, el sumario de tu vida ante Dios será bueno, y tu fe en Cristo te rendirá lo más importante: gracia ante Dios y amplia entrada en Su reino. Pero, si tu enfoque no es el Señor sino otras cosas, no importa la fe que profeses tener, fallarás tu y serás de mala influencia para lo que te rodea. La decisión es tuya. Así que, ¿Qué dirá Dios de ti cuando llegue el momento de tu juicio? ¡Qué el Señor les bendiga! John ¡Dios bendiga a Israel!

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La prueba - 1 Pedro 4:12-19

Basado en 1 Pedro 4:12-19 (Versión Reina Valera 1960)

Amados, no os sorprendáis del fuego de prueba que os ha sobrevenido, como si alguna cosa extraña os aconteciese, sino gozaos por cuanto sois participantes de los padecimientos de Cristo, para que también en la revelación de su gloria os gocéis con gran alegría. Si sois vituperados por el nombre de Cristo, sois bienaventurados, porque el glorioso Espíritu de Dios reposa sobre vosotros. Ciertamente, de parte de ellos, él es blasfemado, pero por vosotros es glorificado. Así que, ninguno de vosotros padezca como homicida, o ladrón, o malhechor, o por entremeterse en lo ajeno; pero si alguno padece como cristiano, no se avergüence, sino glorifique a Dios por ello. Porque es tiempo de que el juicio comience por la casa de Dios; y si primero comienza por nosotros, ¿cuál será el fin de aquellos que no obedecen al evangelio de Dios? Y: Si el justo con dificultad se salva, ¿En dónde aparecerá el impío y el pecador? De modo que los que padecen según la voluntad de Dios, encomienden sus almas al fiel Creador, y hagan el bien.

Para comenzar a definir la prueba como la Biblia lo describe, es necesario entender primero lo que no es prueba, las cosas que no tienen nada que ver con la prueba, porque muchos creyentes confunden la prueba de Dios con otras cosas. Y es necesario entender lo que no es prueba para poder tomar decisiones basadas en la sabiduría de Dios, como también saber orar por las circunstancias, porque es necesario tener base delante de Dios para poder pedirle, si es que uno desea legítimamente la respuesta de Dios y no otra cosa.

Lo primero es el pecado y sus consecuencias, que no tienen nada que ver con la prueba. Y la Biblia es clara con la definición del pecado, como el quebrantar los Diez Mandamientos y todo lo demás que Dios define como pecado. El asunto es que el pecado siempre va a tener algún tipo de consecuencia, especialmente cuando se reincide o se practica como supuesto creyente. En lo más mínimo, si hay continua reincidencia, van a haber serias consecuencias aquí en la tierra, si Dios realmente tiene interés en una persona, como está escrito: Y habéis ya olvidado la exhortación que como a hijos se os dirige, diciendo: Hijo mío, no menosprecies la disciplina del Señor, ni desmayes cuando eres reprendido por él; porque el Señor al que ama, disciplina, y azota a todo el que recibe por hijo. Si soportáis la disciplina, Dios os trata como a hijos; porque ¿qué hijo es aquel a quien el padre no disciplina? Pero si se os deja sin disciplina, de la cual todos han sido participantes, entonces sois bastardos, y no hijos. Hebreos 12:5-8. Si el pecado comienza a hacerse un hábito, y Dios te ama, más tarde o más temprano, va a permitir que algo suceda a raíz o como consecuencia del pecado. Y tengo que decir basado en la Palabra que Dios que también puede despreciar al que persiste en el pecado, por mucho que se crea hijo de Dios, como también está escrito: Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios. Gálatas 5:19-21. ¿Quién es el que hereda, un extraño, una persona ajena? No. El que hereda es un hijo o hija de sus padres. Entonces, si dice: …que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios, si un supuesto hijo o hija de Dios no abandona un estilo de vida de pecado, Dios lo desechará al final, sino se arrepiente. Entonces, ¿Qué debiera pasar en este caso? ¡Arrepiéntete! ¡Conviértete! Si Dios te ha disciplinado o estas viviendo las consecuencias de tus pecados, sencillamente cambia. Pero si no deseas ver como pecado lo que haces, entonces nunca te darás la oportunidad para arrepentirte.

Lo otro que no es prueba es cuando una persona actúa mal en la fe, o no consistentemente con lo que enseña la Palabra de Dios. Por ejemplo, hay personas que convierten las cosas de Dios en religiosidad, dándole prioridad a lo que no tiene prioridad de acuerdo a la Palabra, y desechando lo que realmente le interesa a Dios. De acuerdo con el Señor, ¿A qué debemos exhortarnos más bien, a cosas externas o pasajeras, o a las buenas obras? Esto dice la Palabra: Palabra fiel es esta, y en estas cosas quiero que insistas con firmeza, para que los que creen en Dios procuren ocuparse en buenas obras. Estas cosas son buenas y útiles a los hombres. Pero evita las cuestiones necias, y genealogías, y contenciones, y discusiones acerca de la ley; porque son vanas y sin provecho. Tito 3:8-9. ¿Por qué tiene más prioridad la buena obra? Porque después de amar a Dios con todo lo que somos, Dios manda que amemos a nuestro prójimo como a nosotros mismos. Así que, la persona que le da más prioridad a otras cosas que a amar a Dios y a su prójimo no está cumpliendo la voluntad de Dios. Por lo tanto, si daña su relación con otro por cosas superficiales, esta sencillamente sufriendo las consecuencias. ¿Qué desea el Señor, que critique solamente al inconverso por su maldad, o que le hable de Cristo para que se arrepienta de sus pecados y viva?

¿Qué otra cosa no es prueba? Cuando una persona decide rebelarse a las autoridades por cosas que no son relevantes a la fe en Cristo, y sufren las consecuencias. Escrito esta: Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas. De modo que quien se opone a la autoridad, a lo establecido por Dios resiste; y los que resisten, acarrean condenación para sí mismos. Porque los magistrados no están para infundir temor al que hace el bien, sino al malo. ¿Quieres, pues, no temer la autoridad? Haz lo bueno, y tendrás alabanza de ella; porque es servidor de Dios para tu bien. Pero si haces lo malo, teme; porque no en vano lleva la espada, pues es servidor de Dios, vengador para castigar al que hace lo malo. Por lo cual es necesario estarle sujetos, no solamente por razón del castigo, sino también por causa de la conciencia. Pues por esto pagáis también los tributos, porque son servidores de Dios que atienden continuamente a esto mismo. Pagad a todos lo que debéis: al que tributo, tributo; al que impuesto, impuesto; al que respeto, respeto; al que honra, honra. Romanos 13:1-7. Tenemos que entender que Pablo escribió este libro a los Romanos cuando estaba reinando Cesar Nerón, uno de los emperadores romanos más crueles de la historia. Y si el Espíritu Santo a través de Pablo enseñaba tales cosas en ese momento, ¿Qué debiera hacer el cristiano hoy? ¿Violar las leyes? ¿Odiar a las autoridades? No, y si no se somete y respeta a los reinos y gobernantes, y a sus leyes, resiste a Dios. Y si hay consecuencias, no es prueba sino castigo divino.  

¿Qué es la prueba entonces? Esto dijo el Señor: Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos. Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo. Gozaos y alegraos, porque vuestro galardón es grande en los cielos... Mateo 5:10-12a. La prueba finalmente es aquello que se sufre por el Señor, todo lo que trata de hacer que renunciemos al Señor. Pero el que soporta la prueba, no solo recibirá la vida eterna, sino también el galardón que Dios ha reservado para todos aquellos que le aman. Así que, ¿Estas pasando prueba o consecuencias por tus hechos? ¡Qué el Señor les bendiga! John ¡Dios bendiga a Israel!

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Un Dios de propósitos - Hebreos 10:5-25

Basado en Hebreos 10:5-25 (Versión Reina Valera 1960)

Por lo cual, entrando en el mundo dice: Sacrificio y ofrenda no quisiste; más me preparaste cuerpo. Holocaustos y expiaciones por el pecado no te agradaron. Entonces dije: He aquí que vengo, oh Dios, para hacer tu voluntad, como en el rollo del libro está escrito de mí. Diciendo primero: Sacrificio y ofrenda y holocaustos y expiaciones por el pecado no quisiste, ni te agradaron (las cuales cosas se ofrecen según la ley), y diciendo luego: He aquí que vengo, oh Dios, para hacer tu voluntad; quita lo primero, para establecer esto último. En esa voluntad somos santificados mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecha una vez para siempre. Y ciertamente todo sacerdote está día tras día ministrando y ofreciendo muchas veces los mismos sacrificios, que nunca pueden quitar los pecados; pero Cristo, habiendo ofrecido una vez para siempre un solo sacrificio por los pecados, se ha sentado a la diestra de Dios, de ahí en adelante esperando hasta que sus enemigos sean puestos por estrado de sus pies; porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados. Y nos atestigua lo mismo el Espíritu Santo; porque después de haber dicho: Este es el pacto que haré con ellos después de aquellos días, dice el Señor: Pondré mis leyes en sus corazones, y en sus mentes las escribiré, añade: Y nunca más me acordaré de sus pecados y transgresiones. Pues donde hay remisión de estos, no hay más ofrenda por el pecado. Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo, por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo, esto es, de su carne, y teniendo un gran sacerdote sobre la casa de Dios, acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura. Mantengamos firme, sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza, porque fiel es el que prometió. Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras; no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca.

Por la gracia de Dios, y a través de ya muchos años y por estudio tengo un amplio conocimiento de la arquitectura y construcción comercial, y esto me ha ayudado a entender toda la responsabilidad y las consecuencias que pueden surgir con solo trazar una línea, por decir, como todo el proceso que sigue. Las personas que ignoran las realidades del diseño y la construcción piensan que lo único que hace un arquitecto es solo poner líneas en un papel. Y esta es la gran diferencia entre el arte, sea un dibujo o una pintura, y la arquitectura, y claro, la ingeniería que va en conjunto con la arquitectura porque ambos son necesarias, en que una es algo que sirve para entretener la vista (por decir) y el otro es lo que se usa para construir edificios donde las personas puedan vivir o llevar a cabo sus labores. Pero, si se comete un error no solo en el diseño de algo, sino también en su construcción, puede costar mucho dinero, y lo más importante, puede costar vidas, si todo el proceso, de principio a fin no se ejecuta con el debido conocimiento y cuidado. Así que, si vives en una casa donde puedes dormir tranquilamente, es porque hubo un grupo de personas que lo diseño y construyo como es debido, como también; si un grupo de personas pueden llevar a cabo una junta de negocios tranquilamente en un veinteavo piso de una torre, es porque también hubo un grupo de personas que lo diseñaron y construyeron como es debido, y de la misma manera, si un grupo de médicos pueden llevar a cabo una cirugía para salvarle la vida a alguien sin tener que preocuparse de fallas estructurales o de sistemas en un edificio, es porque hubo un grande grupo de personas que lo hizo posible, de principio a fin. Todas estas cosas se toman por asentadas todos los días por el conocimiento, el esfuerzo, y la ejecución apropiada de cada persona envuelta, sea el que trazo la línea o el que martillo un clavo, todos unánimes trabajaron en conjunto para llevarlo a cabo, con conocimiento y con el debido cuidado.

¿Qué tiene que ver todo esto con lo que leímos? Dios también dice que es arquitecto y constructor (Hebreos 11:10), pero la infinita y eterna diferencia entre lo que El hace y lo que yo hago, es que El ha creado no solo los cielos y la tierra, sino todo lo expansivo e infinito del universo y todo lo que eso contiene, desde lo más pequeño hasta lo más grande, lo visible y pasajero como lo invisible y eterno. Y no solo lo ha hecho, sino que también, todo lo sostiene y todo subsiste a través de Su persona, como está escrito: Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él. Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten. Colosenses 1:16-17. Por eso es que es inexcusable no llegar a entender y creer en Dios, porque es imposible que tantas cosas sean producto de un accidente, y mi mismo trasfondo y conocimiento secular es lo que me ayuda a entender esta verdad, porque es imposible que las cosas son lo que son por un accidente, especialmente sabiendo que un pequeño error en algo como en el diseño y construcción de un edificio puede ser catastrófico. Por eso que también dice la Palabra: Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa. Romanos 1:20.

Entonces, ¿a qué nos debiera llevar esto? Si yo, un sencillo ser humano, trazo una línea, o si yo le digo a un obrero hacer algo, tengo algún tipo de razón para hacerlo, y tengo la responsabilidad de saber porque lo hago y lo mando a hacer, y muchas veces, no tengo ni el tiempo de dar explicaciones, ni aún menos, de entrar en polémicas o largas historias, sino que sencillamente es necesario que se haga. Ahora, pensemos si fuere posible por un momento, todo lo que ha hecho y está en la mente del Todopoderoso, cada cosa, pasada, presente, y futura, tanto visible como invisible, si El manda a hacer algo, ¿no podremos sencillamente respetar lo que dice y solo hacer lo que El manda? No tiene lógica cuestionar, ni aún menos, desafiar el conocimiento y los mandatos del Dios Todopoderoso. Escrito esta: Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos. Isaías 55:8-9. Una persona puede decir, ¿Por qué El permitió antes como parte de la ley los sacrificios para expiar por los pecados, si lo iba a substituir con el sacrificio del Señor? Y mi respuesta es: El sabe el porqué, y tuvo Sus razones. Todo en el Señor tiene sus respuestas, algunas las entenderemos, pero otras no podremos ahora, por nuestro estado caído, que, aunque hallamos sido redimidos por Su gracia, seguimos siendo grandemente imperfectos. Por lo tanto, lo único que nos toca es algo muy sencillo, el obedecer a Dios, sea lo que sea, porque como lo dictaría la lógica, nos conviene eternamente encontrar el favor de este Gran Ser a través de Sus términos y no a través de lo que nos parece, por nuestra insignificancia. Y esto nos lleva al amor y a las buenas obras, el aprender amar a Dios con todo lo que somos y amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos, porque el día se acerca que vendrá por Su iglesia, como también, nuestro momento personal de partida puede ser sorpresivo. Lo más importante es cumplir el propósito que Dios tiene para cada uno, porque el que cumple Su propósito será recompensado, pero el que rehúsa buscar y seguir el propósito de Dios será desechado como lo que es: algo inservible. Así que, ¿Estás buscando el propósito que tiene el Señor para ti? ¡Qué el Señor les bendiga! John ¡Dios bendiga a Israel!

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Obedeciendo principios divinos - Ester 2:1-20

Basado en Ester 2:1-20 (Versión Reina Valera 1960)

Pasadas estas cosas, sosegada ya la ira del rey Asuero, se acordó de Vasti y de lo que ella había hecho, y de la sentencia contra ella. Y dijeron los criados del rey, sus cortesanos: Busquen para el rey jóvenes vírgenes de buen parecer; y ponga el rey personas en todas las provincias de su reino, que lleven a todas las jóvenes vírgenes de buen parecer a Susa, residencia real, a la casa de las mujeres, al cuidado de Hegai eunuco del rey, guarda de las mujeres, y que les den sus atavíos; y la doncella que agrade a los ojos del rey, reine en lugar de Vasti. Esto agradó a los ojos del rey, y lo hizo así. Había en Susa residencia real un varón judío cuyo nombre era Mardoqueo hijo de Jair, hijo de Simei, hijo de Cis, del linaje de Benjamín; el cual había sido transportado de Jerusalén con los cautivos que fueron llevados con Jeconías rey de Judá, a quien hizo transportar Nabucodonosor rey de Babilonia. Y había criado a Hadasa, es decir, Ester, hija de su tío, porque era huérfana; y la joven era de hermosa figura y de buen parecer. Cuando su padre y su madre murieron, Mardoqueo la adoptó como hija suya. Sucedió, pues, que cuando se divulgó el mandamiento y decreto del rey, y habían reunido a muchas doncellas en Susa residencia real, a cargo de Hegai, Ester también fue llevada a la casa del rey, al cuidado de Hegai guarda de las mujeres. Y la doncella agradó a sus ojos, y halló gracia delante de él, por lo que hizo darle prontamente atavíos y alimentos, y le dio también siete doncellas especiales de la casa del rey; y la llevó con sus doncellas a lo mejor de la casa de las mujeres. Ester no declaró cuál era su pueblo ni su parentela, porque Mardoqueo le había mandado que no lo declarase. Y cada día Mardoqueo se paseaba delante del patio de la casa de las mujeres, para saber cómo le iba a Ester, y cómo la trataban.  Y cuando llegaba el tiempo de cada una de las doncellas para venir al rey Asuero, después de haber estado doce meses conforme a la ley acerca de las mujeres, pues así se cumplía el tiempo de sus atavíos, esto es, seis meses con óleo de mirra y seis meses con perfumes aromáticos y afeites de mujeres, entonces la doncella venía así al rey. Todo lo que ella pedía se le daba, para venir ataviada con ello desde la casa de las mujeres hasta la casa del rey. Ella venía por la tarde, y a la mañana siguiente volvía a la casa segunda de las mujeres, al cargo de Saasgaz eunuco del rey, guarda de las concubinas; no venía más al rey, salvo si el rey la quería y era llamada por nombre. Cuando le llegó a Ester, hija de Abihail tío de Mardoqueo, quien la había tomado por hija, el tiempo de venir al rey, ninguna cosa procuró sino lo que dijo Hegai eunuco del rey, guarda de las mujeres; y ganaba Ester el favor de todos los que la veían. Fue, pues, Ester llevada al rey Asuero a su casa real en el mes décimo, que es el mes de Tebet, en el año séptimo de su reinado. Y el rey amó a Ester más que a todas las otras mujeres, y halló ella gracia y benevolencia delante de él más que todas las demás vírgenes; y puso la corona real en su cabeza, y la hizo reina en lugar de Vasti. Hizo luego el rey un gran banquete a todos sus príncipes y siervos, el banquete de Ester; y disminuyó tributos a las provincias, e hizo y dio mercedes conforme a la generosidad real. Cuando las vírgenes eran reunidas la segunda vez, Mardoqueo estaba sentado a la puerta del rey. Y Ester, según le había mandado Mardoqueo, no había declarado su nación ni su pueblo; porque Ester hacía lo que decía Mardoqueo, como cuando él la educaba.

Podemos ver muy claramente que cuando se obedece a los principios divinos, puede haber gran bendición. Dios puede hacer cosas grandes y maravillosas cuando sencillamente hacemos como El manda, aún dentro de circunstancias muy adversas. Como trasfondo, esta es una historia verídica. Hubo un Rey Asuero o como se le conoce también, como el rey persa Jerjes I, quien reinó sobre el Imperio Aqueménida durante 486 a 465 AC, y fue el imperio más grande y poderoso en la tierra en ese momento, con territorios en 3 continentes, y con gran sofisticación. Y el pueblo de Israel y de Judá estuvo sujeto a este imperio como producto de las conquistas del Rey Nabucodonosor, del reino Babilonio que precedió al Imperio Aqueménida. Por lo tanto, los judíos eran personas con ciertas libertades, pero no como los ciudadanos legítimos del reino. Esto es importante de entender, porque Dios hizo grandes cosas con y a través de personas que no tenían gran estatus, sino todo lo contrario.

¿Qué principios divinos vemos aquí? El primero y el principal es hacerle el bien a quien lo necesita, en este caso, a Hadasa, o como se le llamaba más comúnmente en el libro: a Ester, quien fue huérfana, a la cual Mardoqueo adoptó siendo niña y la crio como su hija, cuidándola, como también enseñándole cosas de valor, lo cual Dios mismo uso para hallar gracia no solamente por su belleza, sino por su actitud y conducta. ¿Qué otro principio vemos? Que Ester honró a Mardoqueo como la madre y el padre que fue para ella (porque Mardoqueo cumplio ambos roles), y Dios manda específicamente a honrar a nuestros padres, sean biológicos, o en este caso que no hubo biológicos, honró al adoptivo. Y la reina Ester no se olvidó de este mandamiento, aún cuando fue reina, sino que obedeció a Mardoqueo en todo, lo cual Dios mismo uso para ayudar a toda su pueblo más tarde en la historia. Y esto dice la Palabra sobre la obediencia a Dios: Y Samuel dijo: ¿Se complace Jehová tanto en los holocaustos y víctimas, como en que se obedezca a las palabras de Jehová? Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención que la grosura de los carneros. Porque como pecado de adivinación es la rebelión, y como ídolos e idolatría la obstinación… 1 Samuel 15:22-23a. Y esto también se cumplió en Ester: Engañosa es la gracia, y vana la hermosura; la mujer que teme a Jehová, esa será alabada. Proverbios 31:30. Ester llego finalmente a ser reina del imperio más poderoso porque temió a Jehová, y le obedeció, y no por hermosa. 

¿Qué es lo principal que debemos obedecer? Esto leemos: Y uno de ellos, intérprete de la ley, preguntó por tentarle, diciendo: Maestro, ¿cuál es el gran mandamiento en la ley? Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas. Mateo 22:35-40. Este es el todo del hombre para llegar a obtener la vida eterna a través del Señor Jesucristo, porque la salvación no solo se obtiene por una fe que se proclama y nada más, sino por una fe que tiene obras que reflejan el amor a Dios y al prójimo. Si no se ama a Dios por sobre todas las cosas, y al prójimo como a uno mismo, es una fe vana, sin valor delante de los ojos de Dios. Como está escrito: Si alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a su hermano, es mentiroso. Pues el que no ama a su hermano a quien ha visto, ¿cómo puede amar a Dios a quien no ha visto? Y nosotros tenemos este mandamiento de él: El que ama a Dios, ame también a su hermano. 1 Juan 4:20-21. Así que, cuando estes delante de Dios en el juicio final, ¿Verá Dios en tus obras que le amaste a El y a tu prójimo como producto de tu amor por el Señor? ¡Qué el Señor les bendiga! John ¡Dios bendiga a Israel!

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