Basado en 2 Pedro 1:16 – 2:3 (Versión Reina Valera 1960)

Porque no os hemos dado a conocer el poder y la venida de nuestro Señor Jesucristo siguiendo fábulas artificiosas, sino como habiendo visto con nuestros propios ojos su majestad. Pues cuando él recibió de Dios Padre honra y gloria, le fue enviada desde la magnífica gloria una voz que decía: Este es mi Hijo amado, en el cual tengo complacencia. Y nosotros oímos esta voz enviada del cielo, cuando estábamos con él en el monte santo. Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones; entendiendo primero esto, que ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada, porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo. Pero hubo también falsos profetas entre el pueblo, como habrá entre vosotros falsos maestros, que introducirán encubiertamente herejías destructoras, y aun negarán al Señor que los rescató, atrayendo sobre sí mismos destrucción repentina. Y muchos seguirán sus disoluciones, por causa de los cuales el camino de la verdad será blasfemado, y por avaricia harán mercadería de vosotros con palabras fingidas. Sobre los tales ya de largo tiempo la condenación no se tarda, y su perdición no se duerme.

Es necesario para todos los que deseamos alcanzar la vida eterna a través de Jesucristo, que entendamos bien lo que es y lo que no es la voluntad de Dios, lo que es verdad y lo que es mentira. Contrario a lo que se predica hoy muy comúnmente, la vida eterna, la salvación no solo se alcanza a través del arrepentimiento y conversión de pecados, y no solo se alcanza a través de confesar a Jesús como Señor, sino que es necesario como producto de ese arrepentimiento y conversión, y también de la fe en el Señor, el vivir para Cristo hasta nuestro final en la carne, haciendo así la voluntad de Dios. Y esto lo puedo decir muy afirmativamente a través de la Palabra de Dios, que es la suma autoridad del universo.

Para comenzar, el seguir a Cristo y permanecer en El es tan importante en nuestra fe como lo que lo inicia. Nunca debemos olvidar que somos salvos por la gracia de Dios a través del Señor Jesucristo, pero para Su propósito, y no para nuestros propósitos. Esto dice la Palabra: Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe. Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas. Efesios 2:8-10. Y también dijo el Señor: No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Mateo 7:21. Por lo tanto, una persona puede llegar a arrepentirse y convertirse, puede llegar hasta confesar a Jesús como el Señor, pero si no busca hacer la voluntad de Dios como corresponde, ni nunca se dispone a buscar el deseo de Dios para su vida, sencillamente no llegará a la meta. ¿Por qué? Porque la verdadera fe en Cristo no solo se dice, sino que se vive, y se debe vivir hasta el final, como también está escrito: Mas el que persevere hasta el fin, este será salvo. Mateo 24:13.

Pero ¿Qué pasará con una persona que solo busca hacer lo que desea, y aún peor, busca de Dios solo para que Dios supla sus necesidades y cumpla sus deseos? ¿Tal fe podrá salvarle? De acuerdo con las Escrituras, no es posible que una persona que hace eso alcance la salvación. Ya no es cuestión de que si una persona fue salva o perdió su salvación, sino el simple hecho de que nunca llevo a cabo la voluntad de Dios. Y por desgracia, la gran mayoría del supuesto pueblo de Dios vive de esta manera. Y por eso que son arrastrados por enseñanzas y doctrinas que aparentan ser verdad, porque la mentira suena mucho como la verdad, y también, porque suena muy atrayente, porque apela a sus deseos carnales. ¿Es malo pedirle ayuda al Señor? ¿Es malo depender del Señor? Por supuesto que no. El desea que nos demos cuenta de que dependemos totalmente de El, pero nuestra voluntad nunca debe ser la prioridad. Esa debe ser la diferencia. Nuestra prioridad siempre debe ser Su deseo. El Señor mismo nos dejó esta oración como ejemplo, lo cual muchos conocen y hasta lo tienen memorizado: …Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierraMateo 6:9b-10. Entonces, si una persona nunca pide por la voluntad de Dios en su vida, o nunca escoge hacer lo que Dios desea que haga, ¿Cómo llegará a hacer Su voluntad? Y ya vimos, que, si no hace la voluntad de Dios, podrá decir mucho: Señor, Señor…, pero no entrará en el reino de los cielos.

Ahora bien, ¿Cómo llegamos a conocer la voluntad de Dios? Primordialmente, a través de Su Palabra, la Santa Biblia, desde Genesis hasta Apocalipsis. Si Dios ha comprometido tanto esfuerzo y sacrificio para que tengamos Su Palabra como tal, ¿Podremos pensar por un momento que Dios aceptará que nos dejemos llevar por nuestras opiniones y parecer? No. Es más, es ofensivo a Dios que ignores Su Palabra, tal obra maestra que ha hecho, para que lo ignores y te dejes aconsejar por tus propias ideas, o aún peor, por las ideas y conceptos del mundo y de la sociedad. Todo reino en este mundo se ha levantado y ha caído, pero la Palabra de Dios permanece firme hasta hoy, y vivimos y existimos en base a ella, lo quieran aceptar o no. Desde el momento que Dios dijo: Sea… es que tenemos todo lo que tenemos hoy. El universo fue hecho a través de la Palabra de Dios. Pero si ignoras la Palabra de Dios, ¿podrás tener vida eterna? Imposible. Esto dice: Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra. 2 Timoteo 3:16-17.

Finalmente, es para nuestro propio bien el estudiar Su Palabra lo más posible. Siempre debemos recordar, Dios no pierde nada. Somos nosotros los que salimos perdiendo, y perdiendo eternamente si no nos aferramos a Su Verdad por completo. La Palabra de Dios no es un menú donde uno escoge lo que quiere y nada más. Debemos entender lo que el enemigo más trata de hacer es que sigas la mentira. Envía falsos profetas, falsos maestros, y usa hasta ciertas partes de la Palabra de Dios para tratar de hacerte que sigas la mentira, cosas que suenan como la verdad. ¿Por qué? Porque él es toda maldad, es parte de su carácter corrompido que lo hace ser como es. Ahora, Dios permite que hallan tales cosas para que lo genuino, los que le amamos lleguemos a estar listos para lo que viene. Este mundo temporal y corrompido es solo un lugar para ver quién es quién. Lo eterno es lo que importa, y por eso que debemos ser probados, tentados, y hasta atribulados, para que los que desean más hacer su propia voluntad, se terminen filtrando por ellos mismos, pero los que aprendemos a amar a Dios sobre todas las cosas, hasta sobre nuestras propias vidas, logremos a través de Cristo obtener lo que Dios solo puede dar. Escrito esta: Palabra fiel es esta: Si somos muertos con él, también viviremos con él; si sufrimos, también reinaremos con él; si le negáremos, él también nos negará. 2 Timothy 2:11-12. Así que, ¿buscas hacer la voluntad de Dios según toda Su Palabra para que puedas obtener Su supremo premio? ¡Qué el Señor les bendiga! John ¡Dios bendiga a Israel!

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