Basado en Hechos 6:8-15 (Versión Reina Valera 1960)
Y Esteban, lleno de gracia y de poder, hacía grandes prodigios y señales entre el pueblo. Entonces se levantaron unos de la sinagoga llamada de los libertos, y de los de Cirene, de Alejandría, de Cilicia y de Asia, disputando con Esteban. Pero no podían resistir a la sabiduría y al Espíritu con que hablaba. Entonces sobornaron a unos para que dijesen que le habían oído hablar palabras blasfemas contra Moisés y contra Dios. Y soliviantaron al pueblo, a los ancianos y a los escribas; y arremetiendo, le arrebataron, y le trajeron al concilio. Y pusieron testigos falsos que decían: Este hombre no cesa de hablar palabras blasfemas contra este lugar santo y contra la ley; pues le hemos oído decir que ese Jesús de Nazaret destruirá este lugar, y cambiará las costumbres que nos dio Moisés. Entonces todos los que estaban sentados en el concilio, al fijar los ojos en él, vieron su rostro como el rostro de un ángel.
¿Fue una sorpresa para Esteban que haya sido perseguido y hasta muerto por su fe en Cristo? ¿Es necesario sufrir persecución por Cristo, como un requisito para poder entrar en el cielo? Para comenzar a responder a esto, vemos en muchas partes de la Palabra de Dios que la persecución y la tribulación por la fe es parte del seguir a Cristo. Y no debiera ser sorpresa, si legítimamente estamos siguiendo al Señor. Por ejemplo, el Señor mismo enseño esto: El hermano entregará a la muerte al hermano, y el padre al hijo; y los hijos se levantarán contra los padres, y los harán morir. Y seréis aborrecidos de todos por causa de mi nombre… Mateo 10:21-22a. Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos. Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo. Gozaos y alegraos, porque vuestro galardón es grande en los cielos; porque así persiguieron a los profetas que fueron antes de vosotros. Mateo 5:10-12. Entonces, fue siempre parte de seguir a Dios sufrir algún tipo de persecución, de tribulación, y hasta de morir por hacer el bien, tanto como en los tiempos antes de Cristo, como durante el tiempo que camino el Señor en esta tierra (porque el hombre hasta persiguió y mato al Hijo de Dios), como en los tiempos de la iglesia primitiva, como también es cierto hoy. Y habrá también persecución como nunca la hubo antes cuando el anticristo y la bestia ejerzan su poder sobre este mundo.
Ahora bien, hay que cerciorarnos que en realidad estemos sufriendo por Cristo y no por otra cosa, porque hay muchos que ven las consecuencias de sus pecados como persecución o prueba, y eso es otra cosa. Es más que posible que muchos estén sufriendo por cosas que se provocaron ellos mismos. Pero a Esteban no lo mataron porque había hecho algún mal, o porque había dañado a alguien, o por cualquier otra cosa. Dice bien claro la Palabra que tuvieron que, hasta sobornar para levantar falsos testigos en contra de Esteban para poder tener la excusa de hacerle mal, porque él estaba haciendo crecer mucho la obra de Dios, e inclusive a través de señales y prodigios. Esto dice la Palabra: Finalmente, sed todos de un mismo sentir, compasivos, amándoos fraternalmente, misericordiosos, amigables; no devolviendo mal por mal, ni maldición por maldición, sino por el contrario, bendiciendo, sabiendo que fuisteis llamados para que heredaseis bendición. Porque: El que quiere amar la vida y ver días buenos, refrene su lengua de mal, y sus labios no hablen engaño; apártese del mal, y haga el bien; busque la paz, y sígala. Porque los ojos del Señor están sobre los justos, y sus oídos atentos a sus oraciones; pero el rostro del Señor está contra aquellos que hacen el mal. ¿Y quién es aquel que os podrá hacer daño, si vosotros seguís el bien? Mas también si alguna cosa padecéis por causa de la justicia, bienaventurados sois. Por tanto, no os amedrentéis por temor de ellos, ni os conturbéis, sino santificad a Dios el Señor en vuestros corazones, y estad siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros; teniendo buena conciencia, para que en lo que murmuran de vosotros como de malhechores, sean avergonzados los que calumnian vuestra buena conducta en Cristo. Porque mejor es que padezcáis haciendo el bien, si la voluntad de Dios así lo quiere, que haciendo el mal. 1 Pedro 3:8-17. Entonces, debemos darnos cuenta cual es la razón que posiblemente estemos pasando ciertos problemas. Por la única razón por lo cual debemos sufrir persecución es por el Señor, y por defender Sus principios.
Sé que esto no es agradable porque a nadie le gusta sufrir, ni menos pasar pruebas y tribulaciones, pero finalmente, sí, es parte de seguir a Cristo, y no hay muchos que estén dispuesto hoy en día ni siquiera pasar algún disgusto o hasta incomodidad por el reino de Dios. ¿Cómo puedo decir esto? Casi nadie ni siquiera desea sacrificar una relación con una persona por los principios de Dios, sino que prefieren justificar el pecado y ponerle el membrete de “amor”, como el tolerar a aquellos que profesan creer en Cristo, pero viven practicando el pecado, viviendo un estilo de vida que no glorifica a Dios. Muchos piensan que van a llevar a otros a Cristo al seguir participando de las cosas del mundo, y hasta reteniendo relaciones íntimas con el mundo, y así haciéndose enemigos de Dios, como está escrito: ¡Oh almas adúlteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios. Santiago 4:4. ¿Cristo se emborracho con los publicanos para hablarles del reino? ¿El Señor hizo algo ilícito para poder entablar una conversación con la mujer samaritana? ¿El Señor tuvo cercanía con todos, o solo con los que decidieron dejarlo todo por El? Entonces, si Cristo actuó de esta manera ¿Qué debemos hacer nosotros? El debe ser nuestro punto de referencia, nuestro ejemplo, y nadie más. Así que, el hacer el bien, el trazar la línea entre Dios y el mundo tiene un precio. Y también dice la Palabra: …Es necesario que a través de muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios. Hechos 14:22b.
Entonces, ¿por qué es la voluntad de Dios que suframos tribulaciones? Porque El quiere ver quien es genuino, y la única manera de saberlo es a través de la prueba, de la tribulación. Esto dice la Palabra: En lo cual vosotros os alegráis, aunque ahora por un poco de tiempo, si es necesario, tengáis que ser afligidos en diversas pruebas, para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo. 1 Pedro 1:6-7. La única manera que se ve si el oro es de verdad o no, es a través del fuego. Y si somos oro, o sea, si nuestra fe es genuina, entonces el fuego hará que seamos aún más limpios, al sacar las impurezas de nuestra vida. Y ¿De qué entonces nos habla esto, y de lo que finalmente Dios tanto desea que pase? Que permanezcamos, que sigamos el curso, que enfrentemos lo que sea por amor a El. Esto dice la Palabra: …más el que persevere hasta el fin, este será salvo. Mateo 10:22b. Si decidimos permanecer en El, a pesar de las circunstancias, obtendremos el premio supremo de Dios. Pero, si una persona decide abandonar la fe por circunstancias difíciles, entonces decide su propia condena, como también dice: El que en mí no permanece, será echado fuera como pámpano, y se secará; y los recogen, y los echan en el fuego, y arden. Juan 15:6. La decisión es nuestra, porque Dios no fuerza a nadie. Así que, ¿Estás dispuesto a sufrir persecución por las razones correctas? ¡Qué el Señor les bendiga! John ¡Dios bendiga a Israel!