Basado en Jeremías 30:12-24 (Versión Reina Valera 1960)

Porque así ha dicho Jehová: Incurable es tu quebrantamiento, y dolorosa tu llaga. No hay quien juzgue tu causa para sanarte; no hay para ti medicamentos eficaces. Todos tus enamorados te olvidaron; no te buscan; porque como hiere un enemigo te herí, con azote de adversario cruel, a causa de la magnitud de tu maldad y de la multitud de tus pecados. ¿Por qué gritas a causa de tu quebrantamiento? Incurable es tu dolor, porque por la grandeza de tu iniquidad y por tus muchos pecados te he hecho esto. Pero serán consumidos todos los que te consumen; y todos tus adversarios, todos irán en cautiverio; hollados serán los que te hollaron, y a todos los que hicieron presa de ti daré en presa. Mas yo haré venir sanidad para ti, y sanaré tus heridas, dice Jehová; porque desechada te llamaron, diciendo: Esta es Sion, de la que nadie se acuerda. Así ha dicho Jehová: He aquí yo hago volver los cautivos de las tiendas de Jacob, y de sus tiendas tendré misericordia, y la ciudad será edificada sobre su colina, y el templo será asentado según su forma. Y saldrá de ellos acción de gracias, y voz de nación que está en regocijo, y los multiplicaré, y no serán disminuidos; los multiplicaré, y no serán menoscabados. Y serán sus hijos como antes, y su congregación delante de mí será confirmada; y castigaré a todos sus opresores. De ella saldrá su príncipe, y de en medio de ella saldrá su señoreador; y le haré llegar cerca, y él se acercará a mí; porque ¿quién es aquel que se atreve a acercarse a mí? dice Jehová. Y me seréis por pueblo, y yo seré vuestro Dios. He aquí, la tempestad de Jehová sale con furor; la tempestad que se prepara, sobre la cabeza de los impíos reposará. No se calmará el ardor de la ira de Jehová, hasta que haya hecho y cumplido los pensamientos de su corazón; en el fin de los días entenderéis esto.

¿Dios castigaba en el pasado? ¿Dios castiga aún hoy? Muchas personas piensan que Dios castigaba antes, en tiempos antiguos, pero que El ya no lo hace porque estamos en la dispensación de Su gracia a través de Cristo. Pero, si vemos la Palabra de Dios, y le hacemos menos caso al pecado que está dentro de nuestro ser, es muy claro que Dios sigue castigando, y cuidado, aún más duramente que antes. Muchos no lo ven así porque no ven algo palpable pasar al momento de hacer algo malo, por decir, como que le caiga un rayo del cielo en el momento. Y también, muchos toman esta aparente falta de castigo como debilidad de Dios, o aún peor, optan por pensar que sencillamente no existe. O sea, la gran mayoría de las personas piensan, e incluyendo muchos supuestos creyentes, o que Dios no castiga porque El es amor, o que Dios no es tan poderoso porque no hace nada al momento, o concluyen de que Dios sencillamente no existe, y por eso que nada pasa al momento. ¿Cuál finalmente es la verdad?

Para comenzar, Dios si castigaba antes, y lo vemos por distintas partes en el Antiguo Testamento, comenzando por Adán y Eva, los cuales fueron los culpables de todos nuestros problemas con el pecado en la humanidad. El principal castigo o consecuencia de la envidia y desobediencia en contra de Dios fue la muerte, porque esa es la consecuencia natural del pecado. Y ¿porque es así? Porque Dios lo estableció así. Dios permitió que el pecado existiera para que todo ser con raciocinio tuviera la opción de ejercer su derecho del libre albedrio. Y Dios fue el que creo la estructura o constituyo la ley universal de que el castigo o la consecuencia del pecado fuese la muerte. Y después de eso, hay muchas otras instancias de castigo, como el diluvio, como Sodoma y Gomorra, etc. Y leímos hoy de que Dios castigó a Su pueblo Israel por persistir en la magnitud de sus maldades y la multitud de sus pecados. Dios casi borró al pueblo de Israel de la faz de la tierra como castigo por su pecado.

Ahora bien, ¿Dios castiga hoy? Si, y lo hace al permitir que las consecuencias naturales de nuestros malos hechos sucedan, o al final, como resultado de Su juicio final a cada persona individual. Esto dice la Palabra: No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará. Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; más el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna. Gálatas 6:7-8. Puede que muchos creyentes piensen: a mí no me va a pasar nada porque yo soy pueblo de Dios, y Dios me ama, y que ahora que creo en Cristo, todo se me va a perdonar. Y esto es una gran equivocación. Y muchos alegan de que, si una persona practica el pecado, es porque nunca se convirtió, lo cual es muy posible. Pero, la Palabra también da un lado muy claro donde expone el peligro que existe cuando un supuesto creyente desafía la gracia de Dios. Escrito esta: Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios. Gálatas 5:19-21. Primero ¿A quién le escribe Pablo, al mundo o la iglesia? Segundo, ¿Quién es el que está en posición de heredar, el desconocido o el hijo? Claro esta que esta advertencia sobre vivir un estilo de vida de pecado, o el practicar el pecado, va hacia el pueblo de Dios, a los hijos de Dios. ¿Qué más dice la Palabra? Porque si pecáremos voluntariamente después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda más sacrificio por los pecados, sino una horrenda expectación de juicio, y de hervor de fuego que ha de devorar a los adversarios. El que viola la ley de Moisés, por el testimonio de dos o de tres testigos muere irremisiblemente. ¿Cuánto mayor castigo pensáis que merecerá el que pisoteare al Hijo de Dios, y tuviere por inmunda la sangre del pacto en la cual fue santificado, e hiciere afrenta al Espíritu de gracia? Pues conocemos al que dijo: Mía es la venganza, yo daré el pago, dice el Señor. Y otra vez: El Señor juzgará a su pueblo. Hebreos 10:26-30. ¿A quién la habla Dios aquí? A Su pueblo. Y dice que ejecutará no solo castigo, sino Su venganza en contra de los que se burlan de Su Sacrificio. Y esto Dios también dice a Su iglesia: Escribe al ángel de la iglesia en Sardis: El que tiene los siete espíritus de Dios, y las siete estrellas, dice esto: Yo conozco tus obras, que tienes nombre de que vives, y estás muerto. Sé vigilante, y afirma las otras cosas que están para morir; porque no he hallado tus obras perfectas delante de Dios. Acuérdate, pues, de lo que has recibido y oído; y guárdalo, y arrepiéntete. Pues si no velas, vendré sobre ti como ladrón, y no sabrás a qué hora vendré sobre ti. Pero tienes unas pocas personas en Sardis que no han manchado sus vestiduras; y andarán conmigo en vestiduras blancas, porque son dignas. El que venciere será vestido de vestiduras blancas; y no borraré su nombre del libro de la vida, y confesaré su nombre delante de mi Padre, y delante de sus ángeles. Apocalipsis 3:1-5. Así que, Dios sí castiga, y el castigo es peor, porque si una persona no se arrepiente antes que sea muy tarde, no solo puede sufrir ahora el castigo, sino aún peor, en la eternidad. Dios restauró a Su pueblo Israel por la gracia que encontraron a través del arrepentimiento, y no como algo automático. Esto siempre aplica: Si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra. 2 Crónicas 7:14. Así que, ¿Seguirás practicando el pecado hasta que ya no allá más tiempo para el arrepentimiento? ¿Te volverás de tus malos caminos a tiempo para poder alcanzar todavía la gracia y la restauración del Señor? ¡Qué el Señor les bendiga! John ¡Dios bendiga a Israel!

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